14 de enero de 2011

Vietnam - Danang - Museo de Escultura Cham

Paseo entre dioses, animales mitológicos y sexo


Entramos en Danang los dos coches juntos, pero nuestro conductor y guía tienen ganas de juerga, así que intentan tomar un atajo para llegar antes, con lo que es como una persecución de comedia por la ciudad…. y al final perdimos. 

La ciudad en sí no tiene casi nada que ofrecer, es desparramada y destartalada, pero esto lo escribo de referencias porque no tuvimos tiempo de andar por ella, y lo poco que vimos desde el coche daba la impresión de una ciudad bastante “moderna” pero sin nada llamativo. Es la cuarta ciudad más grande del país.

La visita a la que vamos directos es al Museo de Escultura Cham, que fue construido por los franceses en 1915, con la mejor colección de piezas de esta civilización, desde el siglo V hasta el XVI.

Como ahora vamos con dos guías, el inteligente de Hieu le da la voz al otro, según él porque es un entendido del tema, que seguro que lo es, pero además creo que por una cuestión de respeto, las personas mayores son veneradas y respetadas por los jóvenes. Cuando yo le pregunto a Hieu él me contesta, se sabe perfectamente la lección.

Llegados aquí la pregunta es ¿Y quiénes son los cham? Pues un reino que se asentó principalmente en el centro y sur de Vietnam, los viet estaban en el norte y poco a poco fueron ganando terreno hasta echar a los cham en 1832. Tenían sus raíces en la India y por eso su arquitectura se asemeja a la hindú y sus dioses son los mismos.

Vamos a conocerles con algunas esculturas.

Ganesha, hijo de Shiva, con cuerpo de niño y cabeza de elefante, come dulces de un cuenco en su mano; es el dios de la inteligencia y de la buena suerte. En el museo hay más Ganeshas pero esta es la escultura más antigua que se conserva del mismo. 


Shiva, de nombre ya nos suena y casi que llegaremos a intimar con él en este viaje.  En las pinturas suele aparecer con la piel azul.


Brahma, el dios creador del universo.

 
Vishnú con una naga (serpiente) de trece cabezas (quedaros bien con este nombre, naga, porque va a ser vista una y otra vez más adelante). También se le ve con la piel azul en las pinturas.

 
Garuda, la montura de Vishnú, mitad águila mitad humano.


Linga o lingam y yoni, todo en uno. Lo primero representa el aparato sexual masculino y lo segundo el femenino, creo que se puede ver qué es qué. Para representar la fecundación vertían leche de coco sobre el linga que acababa rezumando en el yoni. Otros nombres a recordar. 

 
Una de las piezas más valiosas es la apsara (bailarina) de Tra Kieu (en realidad varias), que formaba parte de la decoración de un altar.


Destaca en el museo la figura de Tara, una bailarina o princesa en bronce, que aunque en la foto tiene cara de diabla al natural no tenía ese gesto, aunque guapa no era la verdad. 

 
Bajo un altar hay un festón con pechos femeninos (estos cham tenían fijaciones sexuales) y sobre él han colocado un linga. Se piensa que el pecho simboliza a la diosa madre, Uma.



En un friso se ve una escena con lo que parecen jugadores de polo.


Hay altares completos, que se han trasladado desde sus lugares de origen para su conservación y exhibición.




La visita al museo es muy interesante, con multitud de piezas y detalles con los que entretenerse. En el piso superior hay maquetas  y fotografías de los yacimientos cham más importantes del país, como My Son o las torres Po Nagar. También hay vestidos que se utilizan en las procesiones cham e instrumentos musicales.

Vietnam - De Hué a Danang

Por la ruta de los mandarines atravesando las nubes


Dejamos Hué en dirección sur y nos vamos asombrando de su paisaje único, con ríos completamente limosos en algunas ocasiones y en otras de aguas claras.


Con la carretera pegada a la línea del tren, por la que tiene que discurrir el Expreso de la Reunificación, que une Hanoi con Saigón en 32 horas, que pueden ser 48, para un trayecto de 2000 km. 


Pasamos junto a la laguna Cau Hai, que nos ofrece bonitas estampas de vida diaria de sus habitantes. 


En la carretera un niño vende su foto sobre un búfalo de agua, pero es más fácil pillarle desde el coche de lo que él se cree, aunque no sea una buena foto. Cuando el coche está algo lejos se pone de pie encima del búfalo y cuando el coche se va acercando se baja…otro juego más de venta ambulante. Te sientes un poco "ladrón" al tomarle la foto.

 
Por los pueblos que vamos pasando banderas vietnamitas, fotos de Ho Chi Minh y banderolas con consignas, que a mí no dejan de asombrarse durante todo el viaje, me parece como un lavado de cerebro continuo. Me hubiera gustado tener la traducción de cada uno de ellos para saber más del sistema político y sus métodos, pero era ser pesada con tanta pregunta, y no siempre me daban traducciones de buen agrado, era como un poco tabú el tema así que mejor dejarlo pasar. 

Al fondo las montañas por las que tendremos que pasar, Truong Son y sus nubes.  Esta cordillera en el pasado marcaba la frontera histórica de los antiguos reinos Champa y Dai Viet.


La carretera atraviesa varias zonas montañosas con sus interesantes curvas en este país donde conducen como lo hacen, y aunque la foto es mala da una idea de esas amplias curvas en los  pequeños pasos de montaña, que además nos ofrecen buenas vistas de los alrededores. 

 
Pasamos por la laguna  An Cu, rodeada por las montañas, donde se pueden ver instrumentos de pesca de diferentes formas: grandes redes sujetas por palos que entran y sacan del agua, pequeñas cestas redondas u ovaladas con las que capturar peces, neumáticos que utilizan para que se peguen las conchas en ellos, y por la carretera se ven pilas de ellos amontonados, y por supuesto los pescadores. 


La laguna da paso a Lang Co, un pueblecito pesquero, con una bonita playa de arena blanca, dicen que una de las más bonitas de Vietnam, tanto por el color turquesa de sus aguas como por su arena y sus palmeras, pero también dicen quienes la conocen que es un vertedero de basura pero desde el coche esto no se ve y si que parece parte del paraíso, donde no faltan los resorts.

 
Hay una nueva carretera que pasa por un túnel, por el que no pueden circular motos y bicicletas y por el que te pierdes el paisaje, pero nosotros continuamos por la antigua ruta de los mandarines, dejando atrás Lang Co, contemplando los pequeños acantilados de los cabos hacia delante. 


Durante el viaje el guía de nuestros nuevos amigos recién casados y el nuestro han estado en contacto por teléfono, los conductores han estado jugando a adelantarse continuamente, mientras los turistas nos hemos reído de lo lindo (supongo que aparte de sentirse seguro en las manos de los conductores ya nos hemos inmunizado a la conducción del país).

Ellos han quedado en que en el punto más alto, a 496 m de altitud, nos encontraremos, ya que es la parada obligatoria. Será en el paso de Hai Van, Nube Marina o Nube Océano, que debe su nombre a la formación de niebla por la humedad del mar, pero hoy tenemos el día completamente despejado y no notaremos el nombre. 

Hai Van marca la frontera meteorológica entre los dos tipos de clima monzónico de Vietnam, que protege a Danang de los fuertes vientos chinos.

Donde hay búnkeres franceses o americanos, ya que una guarnición estadounidense se estableció aquí para defender el paso ya que era una de las posiciones estratégicas del país. Por supuesto el paso ofrece una bonita panorámica de las montañas y del mar.


En este lugar también se encuentra una puerta imperial con la inscripción “puerta de las nubes junto al mar”. 


 Tampoco falta el monumento a los combatientes vietnamitas.


Continuamos a la bahía de Danang, donde llegó el primer contingente de marines norteamericanos, y donde se encuentra la famosa Playa de China donde montaban las juergas, que en realidad no es una sola playa sino una sucesión de playas, cada una con su propio nombre vietnamita, pero los americanos los resumieron en uno solo. 


 Un vídeo de los americanos desembarcando en la playa (no tiene sonido, pero las imágenes bastan):



Hemos realizado el trayecto Hué-Danang por la ruta de los mandarines, que se remonta al siglo XV cuando se hizo necesario abrirla para que los eruditos pudieran llegar a la capital y presentarse a los exámenes de mandarín. Ahora es la nada romántica en nombre N-I.