2 de junio de 2011

España - Trujillo (Cáceres) (2/4)

Tras los pasos de la nobleza

Salimos de la Plaza Mayor subiendo por la Calle Cuesta de la Sangre tras pasar el Palacio de los Chaves-Sotomayor (en la foto los arcos al fondo), del siglo XVI, se alcanza la Iglesia de la Sangre de Cristo, del siglo XVII, que hoy es la Casa Parroquial, que fue construida con el dinero del inquisidor de Granada y Córdoba, don Gabriel Pizarro de Hinojosa, para que le sirviera de tumba (el nombre de la iglesia construida por un inquisidor parece de un sarcasmo demoledor). 

 
La calle termina con una de las entradas al Alcázar de Luis Chaves el Viejo o Casa de los Chaves, que presenta una estructura militar y es la casa-fuerte más grande y con más dependencias de Trujillo. Construido sobre la misma muralla, defendía el acceso a la villa por la Puerta de Santiago, que se encuentra hacia la derecha, y a la que llegaremos más adelante y por otro camino. Edificada en el siglo XIV, en el XVI pierde su carácter militar y pasa a ser un palacio renacentista más abierto al exterior, que convivirá con la estructura medieval primitiva. 

Este alcázar fue la residencia de los Reyes Católicos en las visitas que hicieron a la ciudad en 1477 y 1479. Se dice que el lema “tanto monta, monta tanto…” salió de estos muros. 


Girando a la izquierda se toma la Ronda de las Almenas. Impresionante esta ronda, solo nos faltaban los caballos para subirla.


En el paseo de esta ronda chumberas se apropian del terreno escarpado entre las rocas del berrocal sobre el que se asienta Trujillo.


Desde esta ronda se contempla la Iglesia y Convento de San Francisco, del siglo XVI, cuya portada está rematada por una espadaña. El convento fue construido sobre la mezquita que los moros de la ciudad de Trujillo tenían, la cual donaron los Reyes Católicos, «siempre que la mezquita sea para las otras oficinas o cosas necesarias para el monasterio y no sea iglesia», según lo ordenan los Monarcas en su carta. 

Tras la exclaustración de los franciscanos de la observancia en 1836, este edificio ha tenido distintos fines militares, como sección de caballos sementales del Ejército y cuartel de tropas. Después fue Instituto Técnico de Enseñanza Media y actualmente Escuela Taller para la rehabilitación del patrimonio artístico de Trujillo.

En este convento estuvo el enterramiento de la familia Pizarro: Hernando y su mujer -y al mismo tiempo sobrina- doña Francisca Pizarro Yupanqui, en una cripta que fue durante las obras de adaptación a Instituto fue tapada y que se ha intentado en varias ocasiones recuperar infructuosamente (este dato tiene sus años, con lo que no sé si se habrá conseguido).


Continuando por la ronda se llega a la Puerta de San Andrés.


Pasando la puerta se encuentra la Casa Fuerte de los Escobar,  uno de los edificios más medievales que se conservan, de los siglos XV y XVI, con dos partes claramente diferenciadas: la del XV es la que tiene la alta torre cuadrada defensiva, ya desmochada, que no conserva almenas desde el tiempo de los Reyes Católicos, y quecuenta con el mejor conjunto de ventanas góticas. Está catalogada como edificio-fortaleza dentro de la arquitectura militar de casa con torre, por su carácter defensivo. La segunda parte del edificio, donde están las ventanas con rejas de hierro de forja, es un añadido del siglo XVI.

Esta casa-fuerte defendía la puerta de San Andrés, ya que los linajes tenían por orgullo defender las puertas de la villa. La familia Escobar pertenecía al linaje de los Altamirano. En esta casa vivió María Escobar que fue la primera mujer que llevó semilla de trigo y de cebada al Perú; también nació fray Diego de Chaves, un dominico que fue confesor de Felipe II y asistió a las sesiones del Concilio de Trento.


Según se pasa el arco, a la izquierda sale una calle que desemboca en la Plaza de los Descalzos, donde se encuentra el Palacio Chaves Mendoza (Hospital de la Concepción). Este edificio, asentado en la muralla, ha pasado por muchas etapas, en primer lugar fue fortaleza defensiva, después fue palacio, que tras la invasión francesa fue abandonado por sus dueños y habitado por los franciscanos, por eso la plazuela todavía conserva el nombre de los «Descalzos» (antes se llamaba de San Andrés por la iglesia).

Últimamente ha sido Hospital de la Concepción, perteneciente a la Fundación Pizarro, fundada por Hernando Pizarro y su mujer doña Francisca para cumplir el testamento de Francisco Pizarro: era su voluntad que se hiciera una iglesia colegial y un Hospital, por lo que formaron un patronato para administrar los bienes y las fincas que dejaron para el mantenimiento de dicho hospital. Es la obra benéfica de los Pizarro que después de cinco siglos sigue cumpliendo hoy día los mismos fines benéficos con los que se fundó, ya que sigue dando actualmente todos los años dinero a Trujillo con fines benéficos.

Actualmente el palacio es una vivienda particular. El edificio ha sido totalmente modificado y lo que se conserva es ya del siglo XVII. De la época que sirvió como convento a los frailes descalzos conserva la iglesia barroca,




En el mapa que nos dieron en el parador, ya que en principio veníamos de fiesta y no de turismo, con lo que no traímos información suficiente, no se encontraba señalizada la alberca, una cisterna de agua que debió ser un baño público romano de la época del Emperador Augusto, un “natatorium romano”, que se encuentra por una calle casi escondida al ir a dar la vuelta al palacio.

En su lugar le damos la vuelta al edificio para llegar a la Plaza de la Vera Cruz, donde se encuentra el Alcázar de los Bejaranos, del siglo XIII, que se encuentra muy cerca de la puerta del Triunfo, a la que defendía. Sólo quedan la puerta y las dos torres y está catalogado dentro del tipo de edificio de arquitectura militar para defensa.

Los Bejarano vinieron de Beja (en el Algarbe portugués) a la reconquista de Trujillo y junto a los Altamirano y Añascos fue uno de los tres linajes más favorecidos por el Rey por su participación destacada en la toma de la villa. Por eso está su escudo plasmado junto con el de los otros dos linajes en la cercana Puerta del Triunfo.


La puerta del alcázar presenta un gran arco y el escudo de los Bejarano, un león rampante  en el centro y en las equinas cuatro cabezas de dragones. En ella también hay grabada una inscripción latina: "Sub umbram alarum protégenos" (bajo la sombra de tus alas protégenos). Las torres, ya desmochadas como corresponde a la pérdida de su fin militar. 






Para la película de Colón, protagonizada por Depardieu, en una de estas torres, la que está frente a la puerta del cementerio de la Vera Cruz, colocaron una cúpula metálica azul verdosa con la media luna árabe que parecía el alminar de una mezquita y en la calle del cementerio estaba el zoco o mercado árabe; con esta ambientación mora Trujillo pudo recuperar durante unos días su pasado árabe.

Continuando el muro del cementerio  y girando al final se encuentra a la Puerta del Triunfo, del siglo XIII, con una imagen de la Virgen de la Victoria dentro de la hornacina, y con los escudos de las familias Orellana, Bejarano y Añasco acompañando al de los Reyes Católicos. 

 
En 1227 se  fracasa al intentar reconquistar Trujillo, posteriormente Fernando III vuelve a intentarlo, para lo cual reúne las fuerzas de los de Santiago, Temple, Hospital, diversos fonsados y del Obispo de Plasencia, que capitaneará las huestes. Los mozárabes que vivían en la ciudad estaban avisados de este asalto.

Las huestes cristianas llegaron a Trujillo el Primero de Enero de 1232 rodeando el berrocal para impedir que llegaran alimentos o refuerzos a la ciudad. Rápidamente la población se refugió en el recinto de la Villa y los barrios cayeron en manos cristianas. Las murallas estaban bien preparadas para aguantar el asedio que se les avecinaba. Los elementos metereólogicos se aliaron un poco con los árabes, siendo más duros más duros de la cuenta, con fríos y nieblas terreras que pusieron enfermas a parte de las fuerzas cristianas mientras los moros rechazaban cuantos intentos hacían por todas partes para abatir el recinto.

El Obispo ordenó con el alba del 25 de enero un ataque conjunto por un solo punto y encomendándose a Nuestra Señora irrumpieron gritando jaculatorias contra las murallas de Poniente para abatir la Puerta... La Leyenda cuenta que un resplandor increíble aceleró la alborada desde lo alto de la Torre Julia cegando a los moros y permitiendo que Fernán Ruiz, camuflado intramuros, pudiera abrir la puerta que hiciera realidad la Victoria. Entraron los cristianos y abatieron las últimas defensas del Castillo. Yo casi que lo puedo ver, no en vano el cine nos ha recreado muchos momentos así, pero con la imaginación propia también vale.

La entrada oficial fue por esta Puerta de Fernán Ruiz o del Triunfo ,con el señor Obispo bajo palio y acompañado de los cuatro Maestres de Alcántara, Santiago, Hospital y del Temple junto al héroe de la jornada, Fernán Ruiz, flanqueados por los principales capitanes, canónicos y monaguillos diversos de la jornada increíblemente milagrosa y fría, día de San Pablo, al que posteriormente se le dedicará una capilla en la segunda fortaleza. Ahora lo que se oye es el resonar de los tambores entrando por la puerta.


Volvemos hacia la Plaza de la Vera Cruz, sin asomarnos a su cementerio, y eso que estos lugares, cuando son extraños y no cercanos en sentimiento, nos suelen llamar la atención por la belleza arquitectónica de algunas de sus tumbas y callejeamos un poco, por la calle que nos llama la atención. Si estas piedras hablaran que de historias podrían contarnos...


Para terminar dando con la fachada de la Casa de Rol Zaráte y Zuñiga, del siglo XV, de estilo renacentista y conocida como la Casa de las Palomas por el escudo. 

 
Enfrente de ella la Casa de los Chaves Calderón, del siglo XVI, donde de nuevo vuelve a aparecer un balcón de esquina, en este caso sobre la puerta de entrada que también es de esquina.