17 de octubre de 2011

Australia - Uluru


Pukulpa pitjama Ananguku ngurakutu (Bienvenidos a Anangu Land)

Tras la comida comienza la excursión, una de las más solicitadas en Australia, la visita al mítico monolito Uluru, tan conocido internacionalmente como la Sydney Opera House, y uno de los símbolos del país, que se encuentra en el Uluru-Kata Tjuta National Park, parque establecido en 1958 con 1.320 km2, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987. 

En 1985 el territorio fue devuelto a los aborígenes anangu (pitjantjatjara y yankunytjatjara), recuperando sus nombres, que lo han cedido al parque nacional del Estado durante 99 años, recibiendo un 20% de los ingresos de la entrada (25AU$ para tres días consecutivos) y una compensación anual. Desde este año hay una colaboración entre el gobierno y los aborígenes para gestionar el Parque Nacional. 


En el camino las señales en la carretera marcan la diferencia.




Lo de los camellos necesita una explicación, porque esta señal causa extrañeza, ¿camellos en Australia? Este animal fue introducido a mediados del siglo XIX para la exploración del país y además se utilizaron como último medio de transporte entre Darwin (norte) y Alice Springs (Red Centre), ya que en la localidad de Oodnatta se terminaba la línea; y este fue el motivo que el tren que realiza, ya completamente pero con sus problemas, la ruta completa (finalizada en 2004, lo que demuestra la dificultad de su trazado) entre Darwin y Adelaida (sur) reciba el nombre de Ghan, por los camelleros y camellos afganos que llegaron al país, a este peculiar desierto. 

Caminemos con música:


Esta roca, este espectacular monolito, es uno de los más grandes del mundo, con 350 m de altura, y sí por fuera impresiona, aún lo hace más saber de su interior aunque no se pueda ver, ya que los geólogos creen que sólo aflora el 10% de su totalidad, introduciéndose en la tierra unos 5 km. Su edad se calcula en 600 millones de años y está formado por una roca sedimentaria llamada arenisca arcosa, una arenisca de grano grueso rica en feldespato que se forma al erosionarse el granito. 


El explorador Ernest Giles fue el primer europeo en encontrarse con esta roca en 1873 y al año siguiente, William Grosse lo escaló con un camellero afgano, poniéndole de nombre Ayers Rock, en honor del primer ministro de Australia Meridional, Henry Ayers.

Actualmente recibe los dos nombres, el original aborigen que poco a poco se va imponiendo, Uluru, y Ayers Rock. Yo sin duda me quedo con el primero.

Para los aborígenes cada zona, cueva o grieta del Uluru posee un significado y la roca es el símbolo de la creación del mundo, por lo que es sagrada, tremendamente sagrada, y formaba parte del walkabout de iniciación a la cultura propia pero el turismo los ha echado de allí, vale que por dinero, pero si no hubiéramos llegado no hubieran conocido el trueque ni muchos otros conceptos que para nosotros puede que no sean malos pero que para ellos creo han resultado dañinos. 

Los anangu creen que Uluru fue creado por espíritus ancestrales que también les dieron las leyes de comportamiento social que siguen manteniendo, y además se consideran descendientes directos de estos seres, por lo que se sienten responsables de su protección. 


Uluru cuenta la historia del enfrentamiento entre dos serpientes: Liru, la venenosa, de sexo masculino, que habita en las mulgas (acacias), y Kuniya, la mujer pitón que se cobija en el interior de la roca gigante. 


Una gran parte de los turistas viene para escalarle, en una ascensión que no parece fácil, en la que la primera parte es bastante inclinada y hay una cuerda-cadena para sujetarse a ella. 


Hay varios carteles, uno hasta en español alertando de los peligros de escalar el Uluru, donde cada año al menos muere una persona, despeñada o por un fallo cardíaco. La subida es de 1,6 km ida y vuelta y dependiendo del ritmo y las fuerzas puede durar unas dos horas. En la ladera de subida hay algunas placas en recuerdo de los fallecidos, pero las cruces se tuvieron que retirar porque eran también consideradas atracción turística para hacerse fotos (¿antes y después? ¿yo sobreviví?) –el ser humano en ocasiones pierde los dos adjetivos, ser y humano-. 



También hay un ruego de los aborígenes, la roca es sagrada y como tal no puede ser considerada una atracción turística sino cultural, por lo que piden que no se escale. Esta posibilidad la tendremos pasado mañana, pero ya desde Madrid teníamos decidido no hacerlo, y no por falta de ganas, tanto por la roca como por el reto, pero la pregunta para nosotros es clara ¿nos gustaría que ellos escalarán la Catedral de Burgos? ¿nosotros la escalaríamos?. NO, definitivamente NO, y no hace falta entender o comprender solo respetar, por mucho que pagar la entrada te dé el derecho a hacerlo. Yo espero que no dentro de mucho tiempo este ascenso esté prohibido, sino ocurre puede significar que el fin de la cultura aborigen ha llegado, como lo está haciendo poco a poco a pesar de los esfuerzos de algunos miembros de las tribus con la colaboración de australianos no aborígenes. También reconozco que con treinta años menos y seguro que lo hubiera escalado sin considerar ninguna razón, más que la propia que no era razón ninguna, y la juventud y el desconocimiento no serían justificación suficiente.


Esta tarde lo que hacemos es caminar un poco alrededor del Uluru, por el camino llamado Mala Walk, de unos 2 km ida y vuelta, descubriendo su grandiosidad y sus formaciones ocasionadas por la erosión del viento y el agua; en este caso parece una ola para hacer surf, cuyo acceso está cortado precisamente para evitar a los turistas deseosos de la foto graciosa (que incita por supuesto a hacerla) y porque como ya he mencionado las grietas se creen que fueron realizadas por seres mitológicos y por lo tanto tienen un significado concreto, siendo sagradas. 


Llegamos al lugar conocido como Mala Puta, que suena en español francamente mal, pero que para los anangu es un lugar sagrado de las mujeres, la cueva es la bolsa de la mujer liebre-wallaby. 



El wallaby es un canguro pequeño, como los que vimos en el Taronga Park Zoo, pero no puedo explicar más sobre esta cueva, sus orígenes y su significado, supongo que al ser comparada con la bolsa donde crecen los canguros y ser un lugar sagrado para las mujeres debe estar relacionado con la fertilidad. 

Lo que también llama la atención es que no solo prohíben el acceso sino también las fotografías (en esta ocasión nos la saltamos y no la respetamos, y no lo escribo precisamente orgullosamente), prohibición que más adelante veremos que va mucho más allá y además enlazaremos con la película Australia.

Lo poco que he creído comprender (nada seguro)  es que para los aborígenes las fotografías captan el espíritu, sería como captar la energía del Uluru, y además estas fotografías estarían en manos de profanos, simples turistas. 

Para complicar más la teoría cultural aparece la teoría económica, si se realizan fotografías con fines comerciales se debe pedir, obtener y pagar un permiso del consejo local, y además los turistas que las cuelgan en sus páginas web estarían incurriendo un delito…la parte cultural sin comprenderla la respeto pero cuando se suma la parte económica de un modo tan desproporcionado se pierde parte de la causa. 

De todas formas creo que los aborígenes han aprendido que no les respetamos y nos dejan el anzuelo de algunos elementos significativos para que los fotografiemos, sabiendo que lo haremos, y otros, que a lo mejor a nuestra vista no son nada para ellos son más importantes y no los mencionan ni los marcan en el camino (todo es un suponer mío). 

En un pequeño abrigo se conservan pinturas aborígenes, no en muy buen estado, e incluso parece que se ha pintado encima de ellas en plan guasa.



En ocasiones parece que el Uluru tuviera una cáscara que se fuera rompiendo, que hasta podría ser una paradoja de la pérdida de la cultura aborigen si esto no fuera simple naturaleza, un proceso geológico por la composición del monolito, para nosotros los profanos e incrédulos.


Continuando el camino se llega a Kantju Gorge, la garganta Kantju. 


La teoría es que por estas hendiduras cae el agua en época de lluvias, pero estamos en la estación seca y no hay ni una sola gota desgraciadamente; nuestra guía nos comenta que hace años que ella no ve este espectáculo que debe ser mágico. El agua se recoge en una pequeña poza, que ha sido utilizada tanto para la supervivencia de los hombres como de los animales, además también ha servido para las ceremonias rituales. 


Esto es lo que estaba mirando hacia arriba:


Pero no nos olvidamos de mirar a nuestro alrededor y su flora. Los aborígenes quemaban los spinifex (arbustos pequeños) porque una vez calcinados aparecían los canguros y los emúes, los que les proporcionaba su caza y carne para varios días, y de las mulgas (acacias) extraían unas hormigas de miel (tienen el cuerpo como una bola de miel). 



Por desgracia no podemos seguir caminando y emprendemos el camino de regreso al autobús, pero este Uluru es muy especial para intentar hacer el recorrido por su base, de casi 10 km, que puede durar unas tres horas, porque es más desde abajo desde donde se capta su poderío y su esencia, aparte de ir conociendo sus secretos, aunque estos mejor se revelan en las caminatas que se pueden hacer con guías aborígenes, que enseñan su cultura, la relación tan especial que tienen con Uluru  y la naturaleza, y sobre todo las ganas de que sobreviva a los tiempos que corren, pero su conocimiento de la creación, el que llaman dreamtime,  tiempo de los sueños, esto solo es para su raza. 


Para seguir en el Uluru, nos vamos a la mañana siguiente, tras la primera visita del tour, volvemos a él para hacer una última excursión, y de paso ver parte de su otro lado, donde hay se encuentran más piedras amontonadas a su alrededor.


Pero la mole de piedra sigue siendo una inmensa mole que acoge vegetación.


Por el Kuniya Walk, de 1 km ida y vuelta, se llega a Multitjulu Waterhole, una poza de agua donde los anangu se cuentan las historias de la creación y otras leyendas. Ellos creen que esta poza es el hogar de una ancestral serpiente de agua, wanampi. 


El Uluru sigue presentando oquedades en su fisonomía, seguramente el hogar de otros ancestrales animales, reales o mitológicos, pero a los que no tenemos acceso para conocerlos.


Nos acercamos a otra cueva con pinturas, que están mejor conservadas que las que vimos la tarde anterior.



Con un panel explicativo del significado de los símbolos pintados en ella.


Pero Uluru no es solo la piedra, los alrededores también hechizan, es un desierto con mucha vida, con muchas imágenes que se plasman en fotografías o en los recuerdos. 



¿África o Australia?


De nuevo la naturaleza nos ha sorprendido, además han ido acompañadas de historias, incomprensibles pero curiosas, con lo que Uluru nos ha emocionado, de nuevo la realidad ha superado a la expectación. 
 
Un mapa para situar las rutas y los puntos de interés: