Gabbala
yid –juge gure an-gabo (Navegando en la billabong)
Tras la visita a Nourlangie Rock y la comida por la tarde toca un
crucero por la billabong de Yellow Water, cuyo nombre aborigen es
Ngurrungurrudjba. Nuestra embarcación nos está esperando.
Comenzamos la navegación por
la billabong.
Nuestra barca es conducida
por una mujer, que al tiempo es nuestra guía (en inglés, of course) y una gran
oteadora de animales, es asombrosa la vista que tiene, que no solo será por la
costumbre de ella y de los animales, sino que tiene vista de halcón. La barca
la conduce también con una facilidad pasmosa, adelante, atrás, movimientos
rápidos para llegar a tiempo a los animales por si deciden irse a otro lugar.
Nuestro primer animal en
esta billagong es un cormorán, un Little Pied Cormoran.
Algo más adelante aparece una gran colonia de patos, pero
no encuentro su especie en particular en el folleto de animales del país (ya he comentado que mi relación con los animales y plantas no es la mejor y parece que me empeño en demostrarlo).
Nosotros aparte
de estas lindes aves lo que queremos es ver a los cocodrilos, y allí está, nuestro
primer cocodrilo, no es muy grande pero impresiona verlo camuflado en la
orilla, lo que hace más difícil divisarle si no fuera por la agudeza visual de
nuestra conductora.
Pero impresiona aún más la
convivencia tan cercana de patos y cocodrilo, ¿habrá comido ya? ¿no le gustarán
los patos? ¿ó esta clase de patos? ¿los patos saben lo cerca que están del
peligro?
Otro cocodrilo o duerme con la boca
abierta o está preparado para un buen bocado.
El paisaje es calmo,
recuerda algo al Mekong, aunque con más vida animal en sus aguas y en sus
orillas y menos vida humana.
Continuamos con la visión de aves,
que esta billabong parece un paraíso para ellas. Tengo dudas, pero creo
recordar y por la forma pudiera ser, que es un Forest Kingfisher; la duda es
que este ave suele tener plumaje azul y en la fotografía se ve marrón, aunque puede ser un efecto producido por la luz de la propia fotografía.
Una pareja de águilas, éstas
sí que son fáciles de reconocer hasta para mí…creo. Después de estar posando un
largo rato luego nos deleitaron con su vuelo.
Aves zancudas que tampoco
encuentro su especie con seguridad, que nos asombra como andan sobre los nenúfares delicadamente y que provocan
ternura entre los pasajeros cuando vemos cómo los pequeños siguen a su madre.
También se nos presenta la elegante garza blanca o
Great Egret.
El Black-necked Stork o
Jabirú, que aterriza algo patoso en los humedales, como si sufriera turbulencias y no hay ninguna.
Otra ave que no consigo identificar,
pensé en la cucaburra pero no me cuadra, oteando las posibilidades en el agua.
Otro lindo pato, de nuevo sin familia conocida de especie.
En medio de esta placidez asusta
el suave movimiento con el que los depredadores se mueven en el agua, muy sigilosos, no se les oye, y su
mirada tampoco da tranquilidad.
En la orilla los cocodrilos se camuflan como
si fueran un tronco más.
Muy cerca de nuestra
embarcación aparece un cocodrilo pero cuando nota el motor y el movimiento se sumerge.
Entre tanto animal no nos
olvidamos del precioso paisaje a nuestro alrededor.
Pero ellos, siempre ellos,
están allí.
Este cocodrilo parece que ya ha comido
porque tiene la boca bien cerrada…o es que no quiere que le entren las moscas.
Y también ellas, las aves
que habitan tranquilamente el paraje. Otra ave zancuda, en esta ocasión, un brolga.
A la billabong es muy común
ir a pescar, y si es en familia mejor, aunque la postura del niño en esta agua
infestada de cocodrilos no sé yo si es la mejor ante cualquier imprevisto por
muy acostumbrados que estén los australianos a esta billabong y a los
cocodrilos.
Se termina nuestro bonito e
increíble paseo por Yellow Water, una billabong que nos ha encantado conocer.
Fin del documental.