23 de enero de 2012

Australia - Melbourne - Fitzroy Gardens - Captain's Cook Cottage


¡A sus órdenes mi capitán!

Por la parte de atrás de St Patrick's Cathedral salimos al cruce de Lansdowne St con Albert St, donde se encuentra otro conjunto de casas victorianas, Burlington Arcade, construidas en 1867, pero nuestro destino se encuentra en la esquina opuesta, los Fitzroy Gardens, que reciben el nombre de Sir Charles Fitzroy, gobernador de Nueva Gales del Sur y gobernador general de las colonias australianas. 


Los jardines fueron diseñados por La Trobe Bateman en 1848, diseño que fue revisado posteriormente por James Sinclair con senderos serpenteantes, un barranco de helechos, parterres, avenidas de eucaliptos y plataneros y sobre todo con la Avenue of Elms, un corredor de olmos que tienen más de 130 años, de los pocos que se salvaron de la epidemia mundial del olmo holandés (para ser honesta no creo que esta sea la avenida ni que esto sean olmos, pero si alguien los identifica me vendría muy bien). 


En la esquina noroeste de los jardines se encuentra el People’s Path, un camino circular pavimentado con 10.000 piezas de cerámica talladas individualmente. 


Al decir individualmente se quiere decir por personas anónimas, a título individual, cada una con el mensaje que haya querido expresar, ya sea de amor, paz mundial, ecologismo, vida, esperanza, fe, símbolos identificables o no…Fueron realizados en 1978 durante el Festival de Artesanía de Victoria. 

Bonito, divertido y altamente emocional este People’s Path.


Al suroeste de los jardines se encuentra el Conservatory, que en su estilo arquitectónico copia el estilo de las misiones españolas. Se inauguró el 13 de marzo de 1930. 


En el interior hay música floral, al año se celebran cinco exposiciones diferentes.




A nosotros nos toca una sinfonía de cinerarias y ciclámenes.





El edificio del conservatorio tiene dos puertas, con lo que salimos por la contraria por la que entramos, donde se encuentra la fuente de Diana y sus perros. 



Hasta la caseta de los jardineros es bonita en este parque. 


No muy lejos del Conservatory se encuentra nuestro principal destino de este jardín aparte del propio jardín claro, la Captain’s Cook’s Cottage, donde las señoritas que la atienden están vestidas de época, cosa que también pueden hacer los visitantes para hacerse una foto con los trajes que están a nuestra disposición. 


El Capitán en persona nos recibe; dicen que en tamaño natural, de 1,91 m de altura (sin el pedestal of course). 


Se trata de la casa de los padres del capitán, que fue trasladada desde la aldea de Great Ayton, en el condado de Yorkshire, y fue montada en 1934 en el parque con ocasión del centenario de Melbourne, aunque es algo extraño porque Cook nunca pasó por la zona donde se asienta la ciudad. 

La casa llegó a la ciudad gracias al empresario  Sir Russell Grimwade, que se enteró que la casa estaba en venta en 1933, la compró y la hizo trasladar. En su honor hay una placa colocada a los pies de la verja. 

La casa está rodeada por un seto espinoso, ya que eran muy apreciados en Europa en el siglo XVIII, las hojas jóvenes que salían en primavera se utilizaban para ensalada, las flores para aromatizar el brandy, la fruta para confeccionar jaleas y la madera para calentarse y cocinar (un multiusos completo el arbusto). 

En el lateral de la entrada a la casa hay un juego, que ni pertenecía al capitán ni a la familia por supuesto, pero que da una idea de a lo que podía jugar el capitán cuando era pequeño, y no tenía nada que ver con los barcos. 


La puerta de entrada no es muy grande, parece casi como si fuera de la casita de chocolate, sobre ella se pueden leer las letras “JGC” y el año 1755; se piensa que fueron grabados por el padre del capitán: las iniciales de su nombre y su esposa (James y Grace) y el año en que se terminó la construcción de la casa. 

Otros detalles a tener en cuenta son el limpia suelas de pedernal a la entrada (muy útil, sobre todo teniendo en cuenta la época y el día de lluvia que estamos teniendo) y una piedra, que esto sí que sorprende, o por lo menos a nosotros, era una piedra que se utilizaba para ayudar a montar a caballo. 


Una vez limpias nuestras botas entramos en la casa, conociendo primero la cocina, que era el corazón (caliente) del hogar. 

Al fondo, detrás de la mesa se ve un palo terminado en dos puntas, son las velas cónicas, eran unas cañas que se bañaban en grasa de animal derretida para luego encenderlas, como una alternativa más económica a las velas de cera de abeja, y no daban tanta luz como éstas. 

En el aparador de la izquierda se ve un cubo con un palo dentro, servía para hacer mantequilla, tras una hora de batir enérgicamente a buen ritmo; como se aprovechaba todo, el suero que quedaba después de conseguir la crema se bebía y era muy consumido durante el siglo XVIII (en tiempos de escasez la imaginación y el buen uso al poder, en algo podríamos comenzar a aprender de los tiempos pasados). 


La chimenea era abierta, muy comunes en las granjas inglesas pero extremadamente peligrosas, de hecho era una de las causas de mayor muerte de mujeres en el siglo XVIII. 

En el mueble del fondo a la izquierda se ve un instrumento redondo, es un asador de castañas. El castaño era conocido como el árbol del pan, ya que las castañas poseen un alto contenido de almidón y se utilizaban tanto asadas como hervidas como secas, y también para elaborar harina y mantequilla. 


Al lado de la cocina un pequeño dormitorio, se supone que de la criada por el tamaño (pero ni no confirmo ni lo desmiento). 


Hay una pequeña escalera que al frente conduce a otro pequeño dormitorio.


A la derecha se encuentra el dormitorio principal, que en el folleto viene definido como el dormitorio de la familia, y no es de extrañar que durmieran todos en la misma habitación por aquello de tener una de ellas caliente, tanto por el calor de las chimeneas como por el humano…aunque en verano…

Los colchones se rellenaban de paja, plumas de pato e incluso crines de caballo y se extendían sobre un marco con cuerdas entrecruzadas; con el tiempo, la cuerda se combaba y alargaba, por lo que había que apretarla regularmente, de aquí viene un dicho inglés, “Good night, sleep tight!”, es decir, “Buenas noches, duerme apretado”. 

Sobre la cama el calentador con brasas que también es conocido en nuestro país, yo nunca lo llegué a ver o no lo recuerdo en casa de mis abuelos pero sí los he visto en casa de amigos o en la casa del pueblo de mis suegros. 


Salimos al jardín, en la parte trasera de la casa.Las hierbas que se cultivaban se usaban para curar indisposiciones y lesiones, desde el mal aliento a la influenza y los huesos rotos. En el siglo XVIII la mayoría de las personas tenían buenos conocimientos sobre las hierbas comunes y sus usos medicinales y culinarios. También era normal cultivar hortalizas, frutas y flores, criar gallinas y cerdos. 


El capitán Cook evitó el escorbuto entre su tripulación con la hierba del escorbuto y otros productos vegetales como el chucrut. 


Al fondo del jardín hay dos elementos, uno divertido, uno de esos paneles con fotografías para poner la cabeza y hacerse la propia sin necesidad de ponerse los vestidos a la entrada de la casa. 


El otro elemento es el caz, un canal estrecho (según el folleto que tomamos a la entrada pero que no lo es tanto) que iba desde un río a la represa de un molino; cuando se necesitaba se abría una compuerta y el agua manaba a lo largo del caz. La familia seguramente tenía un retrete cerca de este caz, en alguna pequeña cabaña o construcción, y llegar allí por las noches o en invierno tenía que ser misión imposible, con lo que llegamos al orinal que vemos en los dormitorios. 


Tras esta divertida y a la par interesante visita pasamos por la tienda de souvenirs, de donde salimos con una bolsa en la que entre otros artículos hay un mapa de los viajes del capitán Cook. Lo que nos espera en el exterior es una fuerte lluvia, pero esperar a que escampe haciendo turismo no tiene mucho sentido a no ser que el agua te llegue a las rodillas, así que continuamos la exploración del parque. 

Al lado de la casa se halla un pequeño estanque con una pequeña escultura en bronce, Boy on the turtle, fuente que ha tenido una vida azarosa, con traslados de ubicación y un robo en 1977, apareciendo dos años y medio más tarde afortunadamente. 


Al estanque no le falta su puente (donde hay una capitana en potencia).


Llegamos hasta la Sinclair’s Cottage, una casa que fue construida entre los primeros edificios de Fitzroy Gardens, utilizada por los cuidadores y jardineros hasta 1990. Recibe el nombre de James Sinclair, jefe de jardineros durante las décadas de 1860 y 1870. 


Continuamos el paseo por el parque y entramos por un camino que luego se convierte más en barrizal por la lluvia que no está dando tregua durante la mañana. 


Emprendemos el camino a la salida y nos saltamos por muy poco la representación en cemento y escala pequeña de la Villa Tudor, una villa en estilo Tudor, pero no vimos el cartel que indicara el camino y con la que estaba cayendo no apetecía mucho caminar y dar vueltas, y eso que está situada en el centro y tuvimos que pasar justo al lado. 

Esta es la foto de la página web de los jardines. 


 Fuente: Fitzroygardens.com http://www.fitzroygardens.com

Llegamos hasta el estanque y la Dolphin Fountain


En el estanque hay un delfín, el resto del nombre de la fuente se encuentran fuera del agua, en compañía de cangrejos, estrellas de mar, pulpos, patitos...


Salimos de los jardines por el camino del centro a Albert St donde encontramos la última fuente de las vimos, River God Fountain.


Ha resultado un paseo interesante y bonito a pesar de la lluvia, no siempre el agua es negativa, en ocasiones saca bucolismo de los lugares, aunque este jardín con algo de sol tiene que resultar un buen lugar para pasear, leer, sentir, relajarse o no...

Hoy termino esta entrega con una canción In Memorian porque la terminé de redactar y publicar en un foro en el que participo en unos días de  inmesa tristeza pero con inmenso AMOR, que hace que la tristeza permanezca pero se diluya a su modo. Hay letras que son del último viaje, que estoy segura que es el primer viaje de otra forma.