27 de septiembre de 2012

Corea del Sur - Seúl - Palacio Changdeokgung




Al este: reyes, reinas, médicos y una concubina
 



Hoy comienza con efectividad el tour contratado, a las 9 h nos encontramos con Kim y con la que será nuestra guía hasta el final, Sonia, que aprendió español en España, durante tres años de estancia. Por su parte y por la nuestra vamos teniendo la toma de contacto para saber cómo somos y cómo funcionaremos todos los días que tenemos por delante, que son bastantes.

La primera visita será al palacio Changdeokgung (3.000W; estación Anguk), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, localizado en el distrito de Jongno-gu (mirar mapa). Se comenzó a construir en 1405 por el rey Taejong, padre del rey Sejong el Grande como un palacio secundario del palacio Gyengbokgung, terminándose en 1412 y ampliándose en 1463. Fue destruido durante la invasión japonesa de 1592 y fue reconstruido en 1610. Desgraciadamente la mayoría de los edificios se quemaron por un incendio en 1623 por la revuelta de la restauración Injo y se reconstruyó nuevamente en 1647. Durante el periodo colonial japonés del siglo XX algunos edificios fueron destruidos, comenzando los trabajos de reconstrucción en 1991 y todavía continúan. 



Taejong explicó que la construcción de este palacio secundario se debía a razones geománticas, ya que el palacio Gyeongbokgung no seguía sus principios y por lo tanto no tenía buenos auspicios. Sin embargo, se cree que sus razones eran más humanas que divinas, ya que Taejong se apoderó del trono tras asesinar a sus medio hermanos en Gyeongbokgung y con toda probabilidad no quisiera vivir donde se cometieron los asesinatos (extraña conciencia o sencillamente miedo de los espíritus). 

Trece reyes vivieron en este palacio durante más de 270 años, incluyendo al último rey, Sunjong. Fue la residencia de la dinastía Joseon entre 1611 y 1867, año en que se terminó la reconstrucción del palacio Gyeongbokgung, volviendo a vivir en éste. Hasta 1989 fue la residencia del último descendiente directo de la dinastía Joseon, la princesa Yi Pang-ja, que fue esposa del último príncipe real, Yu Un (una residencia muy grande tenía la princesa para ella sola como veremos). 

El palacio Changdeokgung era conocido como el palacio del este  por su situación respecto al palacio Gyeongbokgung. Tiene una belleza que lo hace único en Corea, con una perfecta armonía de los edificios con el paisaje, ya que se encuentran situados en la base de una montaña. 

Un dato a tener en cuenta para comprender las extensiones de los palacios, aunque las reformas no dejaron mantener la suya al palacio Deoksugung, es que a diferencia de las grandes construcciones europeas en las que primaba la altura para controlar grandes distancias, en un país montañoso como Corea la máxima expresión de poder era la ocupación de grandes espacios fértiles, y este palacio concretamente, fue el mayor símbolo de prestigio y poder de la dinastía Joseon.


Bajo un sol ya justiciero a las 9.30 h de la mañana traspasamos la magnífica puerta Donghwamun, la puerta de un palacio más antigua que se conserva en Corea, además de la más grande (yo respecto al tamaño tengo mis dudas con la puerta de Gwanghwamun del palacio Gyeongbokgung) datando de la reconstrucción de 1609. Su nombre significa “la Gran Virtud enseña a la gente y les influye a ser sinceros” (mucha traducción para tan poco nombre pero gran verdad en sus palabras). 

El umbral de la puerta fue modificado para que pudiera pasar un automóvil por ella porque los tiempos cambiaban hasta para los reyes. El segundo piso alojaba una campana y un tambor, la primera para marcar el inicio del toque de queda y el segundo para marcar el final; ahora no hay ni elementos ni toque de queda. 


Sobre la puerta, entre los dos tejados, se puede ver una sucesión de taegeukgi, símbolo que representa a la bandera de Corea del Sur que se refiere a la realidad última de todas las cosas y a la importancia del origen (el yin y el yang) -yo solo publico un taegeukgi muy soberano y el resto lo imagináis vosotros-.


Los colores dancheong son más atrayentes que en el palacio Deoksugung o en el templo Bongeunsa, supongo que por la grandeza de la puerta que tenemos ante nosotros y es que al final el tamaño sí importa.


Al entrar hay folletos en inglés con buenas explicaciones, un mapa del palacio y varios mapas detallados de los diferentes complejos que lo componen, con lo que se puede realizar la visita con mayor facilidad, sobre todo para los que viajan con plena libertad.

Tras la puerta se cruza el puente de piedra más antiguo de Seúl, Geumcheongyo, que data de 1411 y que cruza el arroyo Geumcheon, “el arroyo de seda”. Como iremos viendo palacio tras palacio, el puente y el arroyo no faltan en la entrada, siguiendo los principios del feng shui. 


El puente tiene tres carriles, el central por supuesto ya podéis adivinar que sólo era usado por el rey. Por los laterales que dan al arroyo está decorado con tallas de animales míticos que protegen de los espíritus malignos: Haetae al sur y la tortuga Hyeonmu al norte, y sobre ellas la cara de un monstruo, aparte de otros cuatro animales más. 







Tras cruzar el puente se levanta la puerta Jinseonmun, donde el rey Taejong ordenó colocar un tambor llamado Sinmungo que podía tocar cualquiera que quisiera realizar una petición, pero esto era una tarea ya no difícil si no imposible ante las dificultades de obtener las aprobaciones del magistrado local, el gobernador y el inspector general antes de pasar la puerta principal. Por ello, los ciudadanos optaron por bloquear la comitiva real en lugar de intentar tocar el tambor, provocando molestias y disturbios en la corte real...tiempos tan lejanos y tan cercanos en nuestro Congreso de los Diputados, la historia y sus círculos viciosos.


Jinseonmun conduce a un patio con sus tres caminos diferenciados que a su vez terminan en otra puerta. Algo más arriba de la mitad de este patio a la izquierda se encuentra la puerta Injeongmun


Al preparar la información de Corea y sobre todo de sus palacios entendí perfectamente la composición de la Ciudadela de Hué en Vietnam, ya que allí todavía la están reconstruyendo, pero una vez que te encuentras en ese patio con puertas y corredores es fácil imaginársela, casi verla en toda su esplendor. 

Las escaleras por las que se sube la puerta Ingeongmun están decoradas de animales, ahora no dragones, y no me parecen haetae, son otros de los que desconozco el nombre, aunque su función será la misma, proteger al palacio, pero dada la historia de destrucciones y reconstrucciones su efectividad parece bastante escasa. 










La puerta Injeongmun conduce a un patio porticado a ambos lados, con las correspondientes tablas de piedra en el suelo indicando el lugar que los funcionarios y militares tenían que guardar frente al rey de acuerdo a su rango; los civiles al este, los militares al oeste. Por supuesto se siguen manteniendo los tres caminos. 

Al fondo del patio se alza Ingeongjeon, el Salón del Trono, que es una reconstrucción de 1803. Aquí se realizaban las ceremonias de coronación y se recibía a los diplomáticos extranjeros. Por fuera parece tener dos pisos pero en realidad es solo uno con una buena altura. 



El edificio se levanta sobre una doble plataforma de piedra, y en el tejado nos volvemos a encontrar con las figuras de wenshou, animales zoomorfos que provienen de la arquitectura china. Es un edificio imponente, por su tamaño, por su decoración, por su elegancia con los tejados curvos, por todo.

Visitar este palacio es como entrar en un cuento lleno de tejados negros, de colores llenos de luz y magia, con esas figuras entre reales e imaginarias. 


En las escaleras de subida al pabellón, en el camino del rey se encuentra grabado el dibujo de un ave fénix en la piedra. 


Además en las plataformas sobre las que se alza Ingeongjeon también hay grandes calderos de bronce que se llenaban de agua para que los monstruos del fuego se vieran reflejados y se asustaran de ellos mismos.

En el interior, detrás del trono se sitúa el estandarte real de la dinastía Joseon con sus símbolos característicos: el sol (el rey), la luna (la reina), cinco montañas, cascadas y pinos. La iluminación eléctrica en este pabellón se instaló en 1908. 


A la derecha de Ingeongjeon se levantan Seonjeongjeon y Huijeongdang, con una sucesión de tejados negros que parecen llegar hasta el infinito. En la fotografía se puede ver como las construcciones se encuentran en terrenos elevados. 


Un muro separa la zona del Seonjeongjeon de la del Injeongjeon, por encima del cual asoma majestuoso, como intentando acaparar la atención, el tejado de este último.


A Seonjeongjeon se entra por la puerta Seonjeongmun que da directamente a un corredor central cubierto, por lo que el patio de este complejo queda partido por él. 


Seonjeongjeon era el pabellón donde trabajaban el rey y sus funcionarios hasta que se construyó el cercano Huijeongdang, con lo que tras la construcción de este pasó a alojar tabletas funerarias de reyes y reinas.

Su tejado es de color azul con lo que fácilmente se le identifica respecto al resto de los demás pabellones...precioso y se podrían escribir muchos adjetivos pero me quedo sin ellos.


En su interior se halla el trono del rey, ahora ya no en alto como en Ingeongjeon sino a ras del suelo, con su estandarte detrás.


La decoración del techo con sus colores, sus flores de loto, sus dragones, es una increíble y maravillosa composición. 


Al lado de Seonjeongjeon y sustituyénlole en sus funciones se encuentra Huijeongdang, que primero fue la residencia del rey, donde residieron los reyes Gojong y Seonjong, y posteriormente el lugar de trabajo de él y de sus funcionarios. 



Entrar en esta zona es encontrarse con una bonita sucesión de corredores altos sobre columnas de piedra, de tejados, de esquinas, de puertas y por supuesto de gran colorido.


Huijeongdang fue destruido por un incendio en 1917 y se reconstruyó usando materiales del pabellón Gangnyeongjeon del palacio Gyeongbokgung, que era el edificio destinado a  residencia del rey. Esta reconstrucción no tuvo nada que ver con el edificio original consumido por las llamas. 


Creo recordar que entramos por una de las puertas más cercanas a Seonjeongjeon y a partir de aquí fue jugar como niños entre las columnas, estábamos más disfrutando visualmente que aprendiendo los nombres de los edificios y su situación.

Se llega a un patio, que creo que debe ser el trasero de Huijeongdang comparando la foto con el mapa del palacio, a cuya izquierda se encuentra la entrada a este pabellón, que no es la principal, pero a través de sus puertas se puede ver el interior. 



Su interior está decorado con muebles occidentales, tal cual fuera un salón de Versalles (apreciación respecto a la segunda foto), y orientales. En las paredes a ambos lados se pueden ver dos pinturas de montañas. 



Detrás de Huijeongdang se sitúa Daejojeon, la residencia de la reina, que no presenta el típico tejado de cremallera (término arquitectónico que no entendía en letra y que allí se comprende a primera vista) que es como la cresta de los tejados, con lo que se identifica con facilidad. 

Daejojeon tiene el dudoso honor de ser el lugar donde se celebró el último gabinete de la dinastía Joseon para deliberar sobre su anexión a Japón (aunque realmente oportunidades de no hacerlo no parecía tener). 


El pabellón fue destruido en el incendio de 1917 y se reconstruyó con materiales del palacio Gyeongbokgung. En la base sobre la que se asienta no faltan los calderos de bronce para ahuyentar los malos espíritus del fuego, a los que se une también un reloj de sol. 


Una sala divide el pabellón en Seondool, la habitación de la reina, de Dongondol, la habitación del rey (juntos pero no revueltos). Personalmente me gusta mucho la barandilla que recorre el pabellón por el exterior, le da un aspecto muy acogedor y es fácil imaginarse paseando por ella al atardecer. 


En el tejado no faltan las figuras protectoras de los wenshou


¿Fotos?, se pueden hacer millones de ellas, con la composición de tejados a diferentes alturas, del colorido de sus maderas, quizás las mejores son las que al final se seleccionan en la mente y que no siempre cuadran completamente con la realidad, porque esto es como un mundo de fantasía. Es increíble lo hermosa y apabullante que resulta esta arquitectura.




A la derecha de Hijeongdang se encuentra el área de Seongjeonggak, cuyo edificio principal recibe el mismo nombre. Originalmente era el pabellón de estudio del príncipe, pero durante la ocupación japonesa fue utilizado como hospital real, por ello su nombre significa “hacer lo mejor para cuidar al rey y su familia”. 



A la derecha de este complejo Seongjeongak hay otro al que no entramos, su puerta creo recordar que estaba cerrada porque en caso contrario pienso que hubiéramos pasado, y si no lo hicimos por prisas al hacer la visita con desorden es una pena haberlo dejado pendiente porque el pabellón hexagonal Samsamwa que se ve sobre el muro es hermoso.


Al fondo de los terrenos del palacio se encuentra una zona de edificios llamado Nakseonjae, que fue construido en 1847 como vivienda para una concubina del rey Heonjong, Lady Gyeongbin, elegida para darle el heredero que deseaba. 


A nuestra izquierda dejamos un muro y una puerta cerrada, pero en la fotografía se puede volver a comprobar cómo el palacio se asienta sobre una pequeña ladera. 

 
La última emperatriz Yun vivió en Nakseonjae hasta 1966, la princesa Deokhye y Bangja Lee, la esposa del último príncipe, lo hicieron desde 1963 hasta 1989, lo que prueba que esta dinastía es de un pasado muy reciente. 


La diferencia de este área con los demás edificios del palacio es que los de Nakseonjae no se encuentran pintados con los llamativos colores rojos, azules y verdes, sino que su madera está desnuda, la razón es que no es un edificio real (aunque su “uso” fuera muy real). 


En la foto superior se vuelve a ver el pabellón Samsamwa, al que no accedimos desgraciadamente y nos conformamos por verle así, ya que desde abajo no vimos posibilidad de llegar a él, y la manera de hacerlo creo que puede ser bordear la muralla del complejo y hacerlo desde arriba si hay puerta y si está abierta, ya que según mis datos sólo se abre a las visitas viernes, sábados y domingos, y hoy precisamente era domingo. 

Paseamos por lo que podemos del complejo Nakseonjae a paso rápido porque Sonia ya enfilaba el camino de salida, con una sucesión nuevamente de muros, pabellones, y puertas, algunas cerradas. 





Mi consejo es que con el folleto de información en la mano, que tiene buenos planos del palacio y de sus edificios, paseéis con calma por el lugar para no dejar lugares pendientes, buscar puertas y si están abiertas entrar, y sobre todo “perderos” por todos los rincones posibles, que es la manera de conocer. Otra forma más didáctica es apuntarse a los tours en inglés que se realizan del palacio, que creo que recorren todos los rincones y que se realizan a las 10.30 h y a las 14.30 h (esta última hora para el verano me parece asfixiante). 

En el palacio falta por conocer su "secreto", que será en la próxima entrega.