10 de octubre de 2012

Corea del Sur - Seúl - Mercado Namdaemun



Un toque de mundanidad

Del Seúl desde las alturas de la Torre N al Seúl mundano y consumista de las compras. 

Pasamos al lado de la Puerta de Namdaemun (estación City Hall), la puerta de las ceremonias exaltadas, que es la puerta del sur, y que fue desde su construcción en 1396 la entrada principal a la ciudad, siendo de las ocho puertas la más grande y hermosa, pero para nuestra tristeza está en restauración, con lo que no vemos ni una sola piedra y nos tenemos que conformar con una foto de su tejado y sus colores. 


La puerta ha sufrido varios ataques, el último, y supongo que una de las razones de esta rehabilitación, fue por el incendio provocado por un ciudadano, que no tuvo mejor idea que ésta para sus reivindicaciones. 

A mí me siguen encantando los carteles que anuncian cruces de calles, aparcamientos, o como en este caso las obras…y esto también nos ocurría en Japón. 


La puerta se encuentra en una de las esquinas del mercado de Namdaemun (estaciones de City Hall, Hoehyeon o Myeongdong), que tiene seis puertas de entrada, lo de puertas es un decir, es una manera de marcar las calles por las que se puede acceder. 


El mercado se remonta a la dinastía Joseon, no tengo la fecha exacta y teniendo en cuenta que gobernó de 1392 a 1910, puede ser muy antiguo, menos antiguo o de ayer mismamente. 


Sea de la época que sea, lo que fue no tiene nada que ver con lo que es, ya que ahora hay edificios modernos, al frente y a los lados, aunque mantiene la esencia básica de mercadillo asiático, con infinidad de tiendas y puestos con una marabunta de artículos. 


Hay ropa de todos los estilos, colores y variedades pero no hay camisetas de tirantes o sin mangas: una tarea que no hemos conseguido lograr, y es que en Asia se protegen contra el sol, bien con manga larga, bien con unas mangas postizas que se colocan cuando pasean, y las camisetas de tirantes no tienen mercado. 


El mercado está segmentado en parte según la mercancía, aunque siempre hay algo de mezcla. Entramos en la zona de productos de alimentación.


Puestos de comida, donde se venden unas larvas de gusano de seda cocidas, beondegi, que tienen el aspecto de estar caramelizadas…y no, no nos atrevimos a probarla, el sólo pensar en el chasquido al masticarlas se me erizaban todos los pelos, me quedo con el chasquido de una peladilla o una almendra garrapiñada. 


Las verduras se presentan con más orden y limpieza que en los mercados de Vietnam, en Hanoi, Hué, Cai Rang y Can Tho, aunque son del mismo estilo e incuso con el mismo color de barreños.


Uno de las comidas-pincho que más vimos por el país son unas salchichas rebozadas y pinchadas cual brochetas, pero como siempre estábamos comidos o a punto de comer al verlas nunca hicimos una cata, pero tenían muy buena pinta. Las otras brochetas que se ven en la foto no sé de qué son.  


La fiesta de las botas de agua y las chanclas. 


El pop coreano o K-pop no podía faltar en este mercado, pósters, pegatinas, fotos...de los ídolos nacionales mezclados con los souvenirs tradicionales para los turistas clásicos. 


Hay calles, porque no se pueden llamar callejones por su amplitud, en la que se concentran los restaurantes, en algunos con los platos en plástico recreando las comidas para tener certeza (o no) de lo que se pide. Este maravilloso invento lo vimos en Japón y suele ser bastante útil para las elecciones de los turistas, aunque en muchos casos vemos pero no sabemos lo que vemos.


Aperitivos de todos los colores, sabores y tamaños.


Lo que no puede faltar son los puestos de ginseng, con las raíces en frascos de cristal bien conservadas, que más para comer en muchas ocasiones dan ganas de comprarlas como elemento decorativo, que no sé si será el caso, pero algunas raíces tienen formas sugerentes y hasta extraterrestres; así como kimchi envasado y vegetalos preparados al estilo kimchi.


Para ropa el mercado no lo recomiendo aunque tampoco puse demasiada atención, aparte de buscar esas imposibles camisetas de tirantes, lo que vi no captó mi atención, aunque algunas tiendas, no puestos, si ofrecían diseños diferentes, moda actual y creativa, aunque claro, el precio no sería el mismo que en los puestos. 

Las visitas programadas del tour por hoy se han terminado, y como estamos cansados y sudados, que a pesar de refrescarnos en el coche con el aire acondicionado, no es lo mismo que pegarse una buena ducha y quitarse la pegajosidad de verdad, en lugar de pedirnos que nos dejen aquí o en cualquier lugar de la ciudad para seguir andando y descubriéndola, decidimos que mejor nos lleven al hotel para tomar esa buena y merecida ducha.