27 de febrero de 2013

Corea del Sur - Gyeongju - Gwaerung



La tumba de un rey

Después de la visita al templo Bulguksa Sonia nos propone que paremos ahora para comer y como siempre, nos parece bien, la hora de la comida para nosotros es una de las mejores, una de las experiencias del día, pero hoy no estamos de suerte…en principio. En el primer restaurante que paramos, que tenía una pinta estupenda por fuera y por dentro, daba muy buen feeling con un buen ambiente gastronómico estaba completo, con lo que Sonia y Lee Sok  tuvieron que improvisar y buscar otro restaurante. El elegido tiene una especialidad, el tofu, y yo precisamente no soy adicta a este alimento, pero como la cosa estaba como estaba decidí que me la jugaba a apartar tofú del plato y a comer lo que fuera posible. 


Sonia juega muy bien las cartas, las del menú claro, y hace una elección en la que nuevamente salimos satisfechos y bien comidos. 

Para compartir una impresionante y sabrosa jeon, una pseudo-tortilla con cebolla y calamares. 


Hoy el kimchi viene en sopa, y picaba sí, picaba bastante pero estaba muy rico; en el caldo tropezones de tofu que sabiamente aparté. Era una versión sencilla de kimchi jjigae, ya que no llevaba ni cerdo ni marisco, que se suele hacer con kimchi viejo, ya que está más fermentado. Esto es un cursillo acelerado de kimchi.


No faltan los banchan, esos platillos de acompañamiento que tanto nos divierten y gustan: trozos de calamar con una salsa parecida a la mayonesa, algo más ligera, no sé si por los ingredientes o por el modo de elaboración; las pequeñas setas; unos trozos de jeon (no nos importa repetir); guindillas verdes picantes; y algo entre hamburguesa y filete ruso, muy rico. 


De plato principal, Sonia pide, principalmente para nosotros pero que repartimos, algo parecido al donkatsu, un plato de origen japonés, que es una chuleta de cerdo empanada y frita, la diferencia es que la de hoy es de carne picada. Lo gracioso es que va acompañada de kétchup. Otro detalle diferente, es que le acompaña en el plato una bola de arroz, que en esta ocasión no viene presentado en su cuenco aparte (como podéis ver en la fotografía ya habíamos comenzado a mover las mandíbulas cuando nos dimos cuenta que nos faltaba hacerla...upppssss)


El señor que nos atendió en la comida se mostró muy intrigado por nuestra procedencia, de nuevo el sonido del español le parece extraño y no lo identifica, con lo que pregunta a Sonia nuestro origen y se queda asombrado, ¡oh, España!

Tras la comida, emprendemos de nuevo la ruta de visitas. En los alrededores de Gyeongju y no muy lejos de la gruta Seokguram y del templo Bulguksa se encuentra Gwaerung (entrada gratuita; mirar mapa), supuestamente la tumba del rey Wolseon, el trigésimo octavo rey de la dinastía Shilla (785-798) que fue el iniciador del sistema de exámenes civiles llamados dokseochulsingwa, a través de los cuales se reclutaba a los funcionarios del gobierno. 


En el camino hacia la tumba, a ambos lados del mismo, hay unas figuras de piedra, funcionarios civiles y militares, y leones de piedra, erigidos simétricamente y cuya función era (y es) proteger la tumba. La fotografía está tomada desde la tumba para abarcar las diez figuras, aunque sea en la lejanía.


Algunas de estas figuras: la primera y la segunda corresponden a un oficial militar, un muinseok, la segunda corresponde a un funcionario civil, un muninseok y el resto son los leones de piedra, llamados dolsaja







Tras el paseo escoltado se llega a la tumba, que mide 70 m de circunferencia, 21,9 m de diámetro y 7, 7 m de altura. 


Al frente de la tumba hay un altar donde se realizaban servicios rituales. 


La tumba está protegida por una barandilla de piedra, y en la base del túmulo hay un pequeño muro también de piedra en el que están grabados los doce signos del zodíaco oriental. 



Además parte del túmulo está rodeado por un pequeño foso.


Gwaerung significa literalmente “tumba colgante”, y recibe este nombre porque según una leyenda, cuando la tierra fue excavada para su construcción el agua permanecía en el terreno, por lo que el ataúd tuvo que ser colgado en el interior del túmulo para protegerlo. 


Aprenderemos algo más sobre estas tumbas en Tumuli Park de la ciudad de Gyeongju, aunque esta tumba es especial por su conjunto escultórico que ejerce de guardián.