4 de marzo de 2013

Corea del Sur - Gyeongju - Cheomseongdae - Seokbinggo



Las estrellas que guían el mundo

Cruzando la calle Daejongno desde Tumuli Park se encuentran varias tumbas más, en el área de Hwangnam-dong, siendo una zona de acceso libre.  


Se piensa que aparte de los túmulos visibles también hay tumbas sin montículos, por lo que la zona está considerada de gran valor histórico. 


También se pueden ver las bases de las columnas de los edificios que existían en el palacio o fortaleza de Balwolseong, la fortaleza de la media luna que recibe este nombre por la forma del complejo; fortaleza de la que forma parte el estanque Anapji.


Al lado de Tumuli Park se halla Wolseong Park y en este parque se encuentra el observatorio Cheomseongdae (500W; mirar mapa), la torre astronómica más antigua que se encuentra en el este de Asia. Su nombre significa, como no podía ser de otra manera, “la torre de observar las estrellas”. 


Fue construido en el año 634, durante el reinado de la reina Seondeok de la dinastía Shilla, en piedra de granito. Tiene una altura de 9,4 m y un diámetro de 5,17 m. La plataforma de observación se desvía 16º a la derecha desde los cuatro puntos cardinales (sinceramente no entiendo la utilidad y el significado de esta desviación pero supongo que es un dato interesante tanto arquitectónicamente como astronómicamente para aquellas personas que estudien o les interese el tema y por eso lo "copio y pego"). 

Su poco común forma de botella -y en Jeonju vimos la asociación perfecta de continente y uso- según los investigadores se debe a que su construcción sigue alguna compleja fórmula matemática. Los doce pilares de la base, colocados en un cuadrado, tres a cada lado, parecen corresponder a los meses del año y a las estaciones del año. La torre aporta un sentido de equilibrio, armonizando las líneas rectas con las curvas. Las explicaciones que he encontrado son tan complejas que en esta ocasión sí me ha parecido demasiados datos para escribirlos, mucha técnica escrita con poca práctica. 


Hasta el nivel doce de la torre, el interior está relleno de tierra y piedras. Entre los niveles 13 y 15 hay una abertura cuadrada, orientada al sur, que servía como entrada con alguna escalera, y desde esta abertura se accedía a la parte superior u observatorio. Por encima de esta abertura se levantan otros doce niveles. 


Durante más de dos mil años, los astrónomos estudiaron los movimientos de las estrellas y los planetas, predecían eclipses lunares y solares así como los cursos de los cometas. Tras los estudios que realizaban informaba al rey o reina con sus conclusiones y éste actuaba de acuerdo a ellos y a sus predicciones. Así, las estrellas dictaban la política, las celebraciones, las guerras y los festivales, pero también modelaban la opinión de las personas y el curso del universo (menudo poder el de estos elementos celestes). 


Durante esta visita nos ha caído una lluvia atroz, fina pero fuerte y tipo cortina, y mientras casi todo el mundo se refugiaba del agua, nosotros hemos dado la vuelta a la torre, no para desentrañar su secreto de piedras colocadas bajo esa compleja fórmula matemática, sino por verla desde todos los ángulos, por lo que hemos terminado calados a pesar de intentar refugiarnos bajo un paraguas. 

En lugar de terminar las visitas de hoy, damos un pequeño salto temporal, porque al día siguiente, por una de esas peticiones raras mías, visitamos en Wolseong Park otra edificación, que en este día no visitamos, y eso que se encuentra al lado del observatorio, por lo tanto también formaba parte del palacio Balwolseong. 


Se trata del Seokbinggo (entrada gratuita, pero no se puede entrar en la construcción), “la casa de almacenamiento de hielo”. 


Es una caseta de piedra y tapada por un montículo de tierra utilizada para el almacenamiento y la conservación de hielo, como su propio nombre indica. Fue construido en 1738 en el lado norte del palacio, durante el reinado del rey Yeongjo, de la dinastía Joseon, tal como figura en la piedra superior de la entrada. En realidad fue construido unos 100 metros al este y tres años después de su construcción, en 1741, se trasladó a este lugar. 


En su construcción se utilizaron más de 1.000 piedras rectangulares, y sus medidas son 19 m de largo, 6 m de ancho y 5,45 m de alto. El techo es abovedado y la planta del suelo está inclinada para facilitar el flujo de agua cuando el hielo se derretía. 

No se puede acceder al interior, hay una verja que impide el paso pero desde ella se pueden realizar fotos.


En el techo abovedado hay tres conductos de ventilación. 


La razón que me motivó venir a este lugar es simple, es la unión de culturas, ya que en España todavía se conservan multitud de neveros o edificios para el almacenamiento de hielo, muchos de ellos de origen musulmán, como el que tuvimos ocasión de ver en Medinaceli