Paseando y aprendiendo
Al norte de los pabellones del palacio Changgyeonggung hay
un jardín lleno de tranquilidad (mirar plano), ya que son pocos los turistas que visitan
tanto el palacio como estos jardines, que se encuentran en un terreno más
elevado, por lo que se tienen vistas al principio sobre los pabellones (la
primera fotografía corresponde al pabellón de Tongmyeongjeon y su estanque, la segunda es de los tejados
de Myongjeongjeon y de los edificios actuales de la ciudad).
Nada más comenzar el paseo se encuentra un instrumento de medida, Punggidae, que consiste en un poste de
piedra con agujero en la parte superior para colocar una vara larga con un
trozo de tela colgada al final, que se utilizaba para comprobar la velocidad y
dirección del viento…lo mismo que ahora pero sin tanta piedra. El pedestal
tiene una altura de 92, 4 cm y la columna octonal mide 135,7 m, creyéndose que
fue erigido en 1732, durante el reinado del rey Yeoungjo. Con este medidor de viento nos encontraremos de nuevo en el palacio Gyeongbokgung.
A su lado, otro instrumento de medida ya conocido en varios lugares de
la capital (en el palacio Deoksugung y en la avenida Sejong), un Angbuilgu, un
reloj de sol que fue inventado en 1434, durante el reinado del rey Sejong, con una aguja (gnomon o yeongchim) apuntando hacia el norte. Mide
32,5 cm de diámetro y 14 cm de altura.
Más adelante se encuentra el Taesil del
Rey Seonjong, un santuario donde la familia real guardaba los cordones
umbilicales y las placentas de sus hijos (no sé si por la misma razón que en
Vietnam, en la capilla de la familia Tram, para protegerles de posibles riñas en el
futuro, pero si era así no tenía mucho efecto, porque en la dinastía Joseon se
dieron "caña" entre ellos; y por aquellos tiempos la genética y el
aprovechamiento de las células madres no estaba desarrollado…¿o sí?)
Este taesil fue construido originalmente en Gwangju pero
alrededor de 1928, durante la ocupación japonesa, se movieron los taesil de la
familia Joseon al túmulo Seosamneung, en Goyang-si, menos
precisamente el del rey Seonjong, que se trasladó aquí con fines de estudio, ya
que era el mejor taesil conservado. En Jeonju nos perdimos por la lluvia un taesil en el Gyeonggijeon.
Según los coreanos, los niños cumplen un año en el momento de su
nacimiento, porque consideran que la vida comienza en la concepción (el debate
de siempre). Tras el nacimiento de los príncipes, de tres a siete meses después,
se elegía un día (con buen auspicio) para almacenar la placenta en una urna de
porcelana, que era sellada varias veces para terminar consagrándose en el
taesil.
También hay un taesilbi, un bloque de
piedra en el que se graba las historias de las placentas guardadas en el
taesil, y que se encuentra por supuesto sobre una tortuga.
Tras un corto paseo por el jardín se llega hasta el estanque Chundangji, formado en la actualidad
por dos estanques, el mayor, el que se ve en la fotografía, recibe el
nombre de Daechungdagji, situado en lo que antes ocupaban once campos de arroz que
cuidaban los reyes, arrozales que recibían el nombre de Naenongpo, pero durante
la ocupación japonesa, en 1909, fue trasformado en este gran estanque en el que
navegaban pequeños barcos. La isla fue añadida en 1984.
Mientras el rey cultivaba arroz, la reina se encargaba de la cría de
gusanos de seda. Ocupaciones para todos.
Bordeando el estanque por su lado izquierdo hay una pagoda octogonal de siete pisos que fue construida en China en
1470 y que fue comprada en 1911 a un comerciante de antigüedades cuando se creó
el Museo de la Dinastía Yi en el palacio. Muy curiosa resulta esta pagoda, casi en equilibrio, como las que vimos en el asombroso templo Tapsa en el Parque Provincial de Maisan, y tan parecidas a las construidas por fieles y turistas en casi todos los templos que hemos visitado.
El estanque más pequeño recibe el nombre de Sochungdangji, y era el
estanque original del palacio.
Frente al estanque pequeño se levanta un invernadero construido al más
puro estilo occidental en 1909, que recibe el nombre de Daeonsil. Este detalle arquitectónico rompe la pureza del conjunto
palaciego, pero estos invernaderos siempre tienen un perfecto toque romántico.
En el interior un verdor de plantas y bonsáis. Es extraño que este lugar
no sea tomado por las parejas de novios para realizar sus típicos y majestuosos
albúms de fotografía, es un marco ideal aparte de tranquilo.
Hacia la derecha de Daeonsil, hacia el interior del jardín, se alza el
pabellón Gwangdeokjeong, construido
en 1642 para los arqueros. Los alrededores del pabellón se utilizaban como
lugar de entrenamiento militar y para los exámenes militares estatales, y había
un bosque espeso de muchos árboles, cuyo follaje fue elogiado por varios reyes
en poemas.
Emprendemos la vuelta por una zona boscosa que era de uso privativo de
las mujeres de la familia real y de sus sirvientas. La mayoría de los edificios
fueron destruidos en el incendio de 1830 y el resto fueron desmantelados por
los japoneses durante su ocupación.
Como en todos los palacios hay más puertas, pero en uso solamente dos,
la que comunica con el palacio Changdeokgung, Hanyangmun, y por la que nosotros hemos
entrado al complejo del palacio, Honghwamun, así que hacia allá nos dirigimos.
Pero antes de salir nos adentramos en el jardín de la parte este, donde
se encuentra Gwancheondae, un
observatorio astronómico construido en 1868, durante el reinado del rey
Sukjong, que fue trasladado a otro lugar durante la ocupación japonesa y que se
devolvió a su localización original en la década de 1980. En él se guardaban
instrumentos para la observación del cielo y las estrellas.
El palacio Changgyeonggung no es el palacio más espectacular de los que se pueden
ver en Seúl, pero tiene el aliciente de la tranquilidad al ser menos visitado,
y siempre se encuentran detalles, grandes o pequeños, que hacen que estas visitas
sean útiles visual y culturamente. Este jardín tampoco tiene parecido con el asombroso Jardín Secreto o Biwon del palacio Changdeokgung , pero pasear por él es muy agradable.