8 de septiembre de 2014

Canadá - Montréal - Église du Gesù - Église Unie Saint James - Hudson's Bay Company - Cathèdrale Christ Church - Les Promenades de la Cathédrale



De iglesia en iglesia

Desde la Place des Arts caminamos por Rue Sainte Catherine hasta llegar a Rue Bleury, calle por la que giramos para contemplar a nuestras espaldas una de esas estampas que tanto nos gustan descubrir en New York, un anuncio del ayer. 




Llegamos hasta la Église du Gesù, construida en 1865 siguiendo como modelo la Iglesia de Gesú de Roma, siguiendo las directrices del obispo de Montréal, que quería copiar la arquitectura de las iglesias romanas en la ciudad canadiense, como también se puede ver en la Cathédrale Marie Reine du Monde. Por problemas financieros las torres campanarios a ambos lados de la entrada no pudieron llegar a construirse. 




Esta es la iglesia de Roma para comparar, yo no le encuentro la similitud, a no ser que sea una copia del interior y el romano no pudimos conocerle. 




En principio la iglesia no estaba entre las visitables, no disponíamos de información sobre ella, sólo la teníamos señalada en un el mapa que nos ayudaba a caminar en la ciudad, pero ya que tenía sus puertas abiertas (y nosotros solemos padecer el síndrome de las puertas eclesiásticas cerradas) decidimos entrar. Nos recibió un amable señor y nos ofreció una visita guiada al tesoro, pero declinamos su oferta (y no dudamos del interés del tesoro, es lo de siempre, el tiempo y su máximo aprovechamiento) pero conocimos su luminoso y claro interior. 







El sótano de la iglesia se ha convertido en un auditorio, siendo uno de los centros culturales más antiguos de Montréal, y seguramente sus sesiones de jazz deben resultar buenas. 



Volvemos a la Rue Saint Catherine por la que giramos en dirección oeste para llegar, situada en esta misma calle, a la Eglise Unie Saint James, construida en estilo neogótico, iglesia que sí está cerrada, con lo que nos conformamos con ver su exterior, y como hacia su izquierda asoma uno de los rascacielos que pueblan el distrito financiero y el Montréal actual, la Tour KPMG




Desde Rue Square Phillips, así mezclando el francés y el inglés, tal y como lo hemos hecho nosotros durante el viaje, un pastiche lingüístico porque ninguno de nosotros habla correctamente estos idiomas (y en mi caso el francés lo desconozco casi por completo) tenemos nuevas visiones de esos rascacielos de la ciudad. A la derecha el 1501 McGill College y a la izquierda un edificio de apartamentos de lujo, el Altitude Montréal. Lo que es cierto es que nos va gustando esta modernidad con sus toques de pasado, parece conjugar en perfecta armonía, o será sencillamente que nuestros ojos neoyorkinos todo lo asimilan. 




En la plaza  hay varios puestos, el de flores que acerca a los bulevares franceses; el de dulces, que acerca a los mercadillos navideños de cualquier ciudad europea, y uno de frutas, mermeladas y jaleas, que provoca hambre. 





También hay un edificio que nos acerca a la historia de Canadá, a sus orígenes, relacionado con las pieles de castor y su comercio, el de la Hudson's Bay Company, o en francés, Compagnie de La Baie d’ Hudson, edificio que en la actualidad es un centro comercial. 

 


Continuamos por la Rue Sainte Catherine hasta la Cathédrale Christ Church, la catedral anglicana de Montréal, de estilo neogótico, construida en 1859 por el arquitecto Frank Willis. 




La entrada presenta un pórtico triple, decorado con gárgolas y otras piezas escultóricas en las que detener nuestra mirada. 




La torre de piedra resultó ser demasiado pesada para los cimientos y el chapitel tuvo que ser reemplazado en 1940 por una aguja de acero tratado para que fuera menos pesado, aunque se consiguió un efecto piedra para que no desentonara del conjunto. Por detrás, nuevamente asoma la Tour KPMG, ahora mucho más visible, construida en 1987 con 146 m de altura.




El interior nos parece que mezcla armoniosamente la madera (en bancos, travesaños de  bóveda central y bóvedas laterales)  y la piedra. 






El retablo en piedra está dedicado a los caídos en la Primera Guerra Mundial. 




La bóveda está decorada con casetones, y sobre el arco de entrada al altar hay una especie de balcón, del que desconozco su propósito y uso. 




Las vidrieras proceden del estudio de William Morris en Londres (hay que recordar que es anglicana por lo que no es de extrañar su procedencia) elaboradas a mediadas del siglo XIX). 




Al final de la nave izquierda se encuentra la Chapel de St John of Jerusalem , la única en Canadá de los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, responsables del servicio de ambulancias (supongo que relacionado con la Primera Guerra Mundial por la cruz que luce en su brazo el soldado). 




Un detalle extraño nos llama la atención a la salida de la catedral, de una de las columnas cuelga una especie de moscón gigante, que supongo tendrá que ver con alguna exposición que se realice en el sótano o algo parecido, pero la verdad es que no investigamos. 




Si bien la iglesia ya está visitada, con sus lagunas de detalles, todavía hay un aspecto llamativo a comentar, en la década de 1980 se encontró una solución arriesgada y novedosa para los cimientos que se hundían: el edificio, de 9.000 toneladas, fue levantado y se construyeron cimientos nuevos, de modo que la iglesia se sostenía con varios pilares de piedra mientras se construía bajo ella. Esta nueva construcción subterránea alberga Les Promenades de la Cathédrale, un ¡centro comercial!, en el que la única condición eclesiástica fue que ninguna tienda se ubicara justo debajo de la iglesia (con lo que posiblemente la nave coincida con los pasillos porque tiene entradas a ambos lados de catedral, que aparte de señalizadas están marcadas con dos tenedores gigantes, para no pasarse de largo el lugar). Por supuesto, este centro comercial forma parte de la ciudad subterránea de Montréal.




Mapa del paseo y lugares: