14 de septiembre de 2014

Canadá - Montréal - Palais des Congrés de Montréal - Place Jean Paul Riopelle - Centre de Commerce Mondial (World Trade Center) - Hotel Saint James - Square Victoria - Tour de la Bourse - Tour de la Banque Nationale - Tour Bell - Altoria Tower



Llegando a París


Salimos del barrio de Chinatown y frente a las pagodas del hotel Holiday Inn surge la mole de hormigón y cristal del Palais des Congrès de Montréal, localizado en el llamado Quartier Internacional.


Fue inaugurado en 1983 y desde entonces se ha convertido en uno de los centros culturales más activos de la ciudad, por lo que decidimos entrar a curiosear, encontrando de nuevo algunas tiendas, cafeterías y lo que nos pareció más sorprendente, ¡una consulta dental! (estamos descubriendo que cualquier lugar en la ciudad es bueno y adecuado para instalar centros comerciales, pero tiene una explicación, y es que pertenecen a la famosa ciudad subterránea, que conoceremos un poco mejor más adelante).




Aparte de esta curiosidad, nuestros ojos y pies se dirigen directamente a unas columnas de color rosa que distinguimos al fondo, se trata del Lipstick Forest, una obra del arquitecto paisajista Claude Cormier; 52 árboles de hormigón pintados de color rosa, un modo surrealista y colorido de mostrar la armonía de la naturaleza con el centro bullicioso de la ciudad.



Atravesamos el palacio de congresos para salir a la Place Jean Paul Riopelle, donde se encuentra la fachada más colorista del edificio, 322 paneles de vidrio de colores y 58 transparentes.




Como se ve en la plaza domina una fuente con figuras muy churriguerescas, que es obra precisamente del artista Riopelle, su nombre es La Joute (La Justa) y fue trasladada desde el Parc Olympique.



Aprovechando donde nos encontramos, buscamos la fachada del Nordhemeir Building, edificio construido en 1888, pero no podemos disfrutar de ella porque está en plena rehabilitación y está parcialmente tapada por andamios. El edificio fue integrado junto a otros edificios en el complejo del World Trade Center – Centre de Commerce Mondial, construido en 1992 como un rascacielos horizontal, ya que ocupa una gran manzana entre las calles Rue Saint Antoine Ouest, Square Victoria, Rue Saint Jacques y Rue Saint Pierre, y además de incorporar el edificio Nordhemeir también lo hizo con el Canada Steamship Lines Building y el edificio del Bank of Nova Scotia.



El WTC tiene varias entradas, nosotros lo hicimos por la de Rue St Pierre, que da acceso a un fabuloso atrio acristalado que incorpora la calle de Ruelle des Fortifications, calle donde se encontraban las murallas que rodeaban el Vieux Montréal, murallas que fueron derribadas a comienzos del siglo XIX.



El atrio es un lugar espectacular, largo y luminoso, donde por supuesto hay tiendas, restaurantes, comunicación con el adyacente Hotel Intercontinental y por supuesto también forma parte de la ciudad subterránea.


En el atrio hay un trozo del muro de Berlín, regalado en 1992 por la ciudad de Berlín a la ciudad de Montréal por el 350 aniversario de su fundación (el muro está bien repartido por el mundo, en un parque madrileño, precisamente llamado de Berlín -antes de la entrega del muro- tenemos uno, y debería funcionar como memoria histórica, no como elemento decorativo, que creo que es su objetivo).



Un elemento que es destacable y que llama la atención por su ubicación es una fuente realizada por el escultor Diedonné Barthélemy Guibal, donada a la ciudad en 1992 y que hasta entonces se localizaba en el pueblo francés de Saint Mihiel. La figura corresponde a Anfitrite, la esposa de Poseidón.


A continuación de la fuente un estanque, que aporta claridad, frescor, vida y mucha tranquilidad.



Curiosamente un edificio no ha sido integrado en el complejo, aunque está unido a él, se trata del Hotel St James, en la esquina de la Rue Saint Pierre con la Rue Saint Jacques, cuya fachada estaba tomada por un manto vegetal.


Caminamos por la Rue Saint Jacques para ver si en esta calle había más suerte con la fachada del Nordhemeir Building, pero aunque resulta curiosa y del mismo estilo, no tiene la misma fuerza arquitectónica, tiene un aire a mansión del terror, pero nos siguen gustando los anuncios publicitarios en paredes de ladrillo, en este caso del adyacente Hotel St James.



Por Rue Saint Jacques (volveremos a esta calle para conocer y disfrutar de sus edificios) bajamos hasta Rue Square Victoria (esta mezcla de francés con inglés es de lo más curioso, y nosotros aportamos el español, casi un esperanto), donde destaca el rascacielos de la Tour de la Bourse, construido en 1964 con 194 m de altura, siendo en ese momento el edificio más alto de Canadá, superado en 1967 por el Toronto Dominion Centre; en la actualidad es el tercer edificio más alto de Montréal (tras el 1000 de la Gauchetière y la Tour IBM), y el vigésimo quinto de Canadá (y es que Toronto es mucho Toronto).



En las esquinas del Tour de la Bourse hay cuatro columnas de hormigón ligeramente inclinadas, lo que le da al edificio una sutil forma convexa.



Como no podía ser de otra manera, en Square Victoria una estatua de esta reina británica.



Al fondo de la plaza destacan dos torres iguales: la Tour de la Banque Nationale y la Tour Bell, ambas de 128 m de altura.




Y el edificio de apartamentos que se está terminando de construir, Altoria Tower o Ainaia Tower, de 120 m de altura, otro proyecto de apartamentos de lujo, que ya están casi vendidos en su totalidad (no me quiero ni imaginar su precio).



En la plaza, aparte de los edificios y detalles mencionados, hay un estanque con surtidores de agua y sobre todo una estación de metro, la única estación de metro art noveau diseñada por Hector Guimard a comienzos del siglo XX que se encuentra fuera de París, siendo trasladada a Montréal en 1967 como regalo de París al haber colaborado en la construcción del metro montrealense.




Esta es una de las estaciones parisinas:



Mapa del paseo: