9 de diciembre de 2014

Canadá - Tadoussac - Crucero avistamiento de ballenas por el río Saint Laurent


Bigotes y colas 

Salimos de la ciudad de Saguenay a las 8 de la mañana, cruzamos el río Saguenay y viajamos por la carretera 172, que al principio circula paralela al río y luego se separa. Creo recordar que esta primera parte del viaje nos la amenizó Joni Mitchell.  



Durante el viaje, Ángel nos instruye sobre los inuits, a los que llamamos esquimales, pero a ellos no les gusta este nombre ya que significa “los que comen carne cruda”, y ellos prefieren el suyo propio, inuit, que significa “persona”; creo que la diferencia entre uno y otro es suficientemente clara. Los inuits viven en el norte de Canadá, en un territorio autónomo llamado Nunavut, que ocupa aproximadamente una superficie de 1.000.000
km2, y su población ronda los 25.000 habitantes.

Hasta 1910 los inuit vivían como hace 5.000 años, en comunidades, con un reparto de la caza solidario: la mejor porción era para los más desfavorecidos, y la peor para los mejores cazadores, ya que ellos podían volver a cazar, tenían mayores y mejores oportunidades de supervivencia.

Los inuit cazaban renos, de los que sacaban de sus estómagos la hierba que rumiaban, y luego pudrían las vísceras como en un proceso de fermentación de queso. Cocinaban sopa de ojos de foca y guisos de beluga (los inuit son los únicos que pueden cazarlas ya que están protegidas).

El inuktitut es la única lengua escrita indígena que se escribe en Canadá, y sus signos se asemejan al coreano; eso es lo que mencionó Ángel, pero si esta es la escritura no se parece en nada de nada. La ONU trata de preservar la cultura inuit. 


                                                      ᐃᓄᒃᑎᑐᑦ - Nunavut

El Inuksuk es una figura realizada con piedras, cuyo número es variable como lo es su tamaño, colocadas para aparentar una forma humana, con un brazo más corto que otro, que se utiliza por el pueblo inuit con varios fines: para dar la bienvenida a los viajeros; para señalar lugares de importancia y ayudar en la orientación en la tundra ártica, carente de árboles, estos lugares pueden ser de pesca, campamentos, zonas de caza; e incluso, supongo que las figuras de mayor tamaño, para asustar a los caribúes para que se dirijan hacia donde se apostan los cazadores humanos. También se le asocia a elementos protectores, y debajo del inuksuk se solía dejar comida para que pudiera ser recogida por el que pasara por allí después.

El inuksuk aparece en la bandera del nuevo territorio de Nunavut y una versión fue utilizada como emblema de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver en 2010. 



La diosa principal de los inuit es la diosa del mar, que les da de comer.

Un dato curioso es que los inuit tienen una enzima que los hace intolerantes al alcohol, se emborrachan fácilmente, por lo que en el Ártico está prohibido el alcohol. Parece que este es un mal común entre los pueblos indígenas que además resulta ser su perdición frente a los europeos, porque los aborígenes australianos también lo sufren, y por esta debilidad, aparte de las guerras, pierden sus tierras y derechos.

Llegamos a la localidad de Tadoussac, la que nos parece muy agradable desde el autobús, pero nos vamos directamente al embarcadero, vamos a realizar un crucero por el río Saint Laurent y por el fiordo Saguenay durante unas tres horas (la compañía contratada fue AML Croissières). 


Las imágenes de las embarcaciones en el río, de la orilla con los paseantes, son realmente preciosas y llenas de tranquilidad, de joie de vivre, la alegría de vivir de la provincia de Québec



Y la perfecta localización de Tadoussac, que parece anclada en el pasado, con el hotel y la iglesia, y con una perfecta conjunción de colores; una auténtica imagen de postal. 


Hacia delante la bahía de Tadoussac, y al fondo, donde se unen las aguas dulces y cálidas del río Saguenay con las saladas y frías del río Saint Laurent

El río Saguenay, que recibe la mayor parte de su caudal del grandioso lac Saint Jean, sigue su curso hacia el río Saint Laurent por una gran grieta del escudo canadiense, una falla cuyas aguas se llenan hasta una profundidad de 240 m. El río Saguenay, el único río de agua dulce con mareas, donde habitan los tiburones blancos, bacalaos, salmones, esturiones, ballenas de diversos tipos, entre ellas las belugas, que acuden al río a parir. 


Claramente estamos aquí por ellas, las ballenas, y para ello saldremos al río Saint Laurent. En el barco viaja una bióloga que es la encargada de descubrir los cetáceos y avisarnos para que vayamos corriendo de estribor a babor, de proa a popa, para intentar verlos, que no siempre se consigue del todo bien, ya sea porque encontrar hueco en primera fila no siempre es posible, ya sea porque se encuentran tremendamente lejos. El mejor sitio dicen que es a proa, pero allí es imposible pasar tres horas seguidas, el frío es tremendo y agotador; aunque hay valientes que lo hacen, nosotros no estamos dentro de este grupo, y eso que lo intentamos, y sinceramente creo que al final vimos más a los lados que al frente. 


Se piensa que al río Saint Laurent llegan unas 13 especies de ballenas, todas ellas migratorias menos las belugas, llegando a esta zona en abril o mayo y permaneciendo en ella hasta octubre o noviembre. Vienen aquí atraídos por los camarones antárticos, el krill, que se concentran formando grandes bancos, de los que se alimentan, pero en los últimos años su población ha disminuido, y por lo tanto el número de cetáceos también. 

De los cetáceos que más vemos son pequeños rorcuales o ballenas minke y rorcuales comunes o ballenas de aleta. Tienen la espalda negra, el vientre arrugado (rorcual en noruego significa ballena de vientre estriado) y blanco. Los rorcuales comunes pueden llegar a medir 27 m, con un peso de 60 toneladas, siendo el segundo cetáceo más grande, después de la ballena azul o rorcual azul; y los pequeños rorcuales pueden llegar a medir 10 m, con un peso de 8 toneladas. 


Estos rorcuales son ballenas con bigotes, no tienen dientes, y estos bigotes son unos filamentos de queratina, de modo que cuando comen tragan al tiempo agua y comida y el krill se queda atrapado en sus bigotes, que pueden ser más de 800 pelos; el vientre se infla, y terminan expulsando el agua que han tragado. Los bigotes se utilizaban hace años en la fabricación de sombreros, paraguas, corsés, cepillos, escobas… Al día comen unas tres o cuatro toneladas durante veinte horas. Su gestación es de nueve a diez meses y tienen una cría cada dos o tres años.

La leche materna de los rorcuales tiene un 40% de grasa, y el ballenato crece de 3 a 4 kg ¡por hora! (este es un dato que escuché y no sé si lo escuché bien porque es tremendo). El número de anillos en los dientes marca su edad y en los casos en los que no los tengan, la cera de las orejas. 


Paramos en Baie Sainte Catherine, localidad situada justo frente a Tadoussac, para recoger más pasajeros y continuamos el viaje. 


Los cruceros de avistamiento de ballenas son un negocio, y nosotros formamos parte de él, aunque no creo que seamos un aspecto positivo para el hábitat de los animales, dado el número de embarcaciones que fondeamos, de todos los tamaños, grandes, medianas y pequeñas. A comienzos del siglo XX el río Saint Laurent no recibía esta masiva horda de turistas, ni los barcos grandes de crucero lo tenían en su punto de mira como destino turístico; supongo que este puede ser un factor para que se modifique el hábitat, que el krill no abunde, que la contaminación sea excesiva, y que la tranquilidad que gozaran en este lugar vaya desapareciendo, todo ello factores en contra de las especies. 


A lo lejos vemos el faro de Prince Shoal, en la confluencia de los ríos Saint Laurent y Saguenay, instalado en un banco de arena de unos 5 m para advertir de su existencia, banco que es el resultado de la sedimentación por el avance y retroceso del glacial de Wisconsin. El faro y el banco de arena reciben su nombre tras encallar aquí el barco HMS Haro en 1860 con el Príncipe de Gales a bordo. En 1963 se construyó el faro, hasta el momento se habían utilizado exclusivamente barcos-faro.

El 25 de diciembre de 1966, se desató una tremenda tormenta en el Saint Laurent, con olas de más de 12 m de altura; los tres guardas del faro permanecieron aislados, sin electricidad y casi sin provisiones durante más de 36 horas. En 1986 el faro fue automatizado, siendo uno de los últimos del país en este proceso, y el último del río Saint Laurent


Vamos viendo ballenas o rorcuales a un lado y a otro, pero normalmente bastante lejanas y es imposible capturar con la cámara su elegante movimiento al sumergirse levantando la cola, que es lo que todos queremos ver y disfrutar. 


Los que en lugar de navegar en un barco grande como nosotros lo hacen en zódiac disfrutan, y seguramente se asustan, mucho más que nosotros, porque las ballenas pasan a su lado e incluso por debajo de su ligera embarcación. Yo desestimé esta opción porque temía marearme, ya que en el catamarán en el que hicimos un crucero de avistamiento de ballenas en Kaikoura, Nueva Zelanda, me perdí la mayor parte del espectáculo por estar dando por mi cuenta el propio vomitando (junto a muchos pasajeros, por lo que en esa ocasión no fuí la única que se perdió lo bueno y bonito). Creo que la ventaja de la zódiac es la cercanía a los cetáceos; y la desventaja, que se ven muchos en la lejanía, y mejor desde un lugar alto que tan bajo; al final, cuestión de opciones y de elección. 



¡A correr! Hay una ballena cerca, un rorcual que en esta ocasión si nos deleita con su particular danza, su sumergir en movimientos tan rápidos como lentos. Los rorcuales raramente enseñan la cola al sumergirse, pero parece que en esta ocasión estaba colaborador. 




¡Más sorpresas! Parece que la espera va teniendo recompensas, un grupo de ballenas lanzando su soplo de respiración. 


Y aunque en solitario y fugazmente, también se asoma una foca gris, que puede llegar a medir 2 m y pesar 350 kg. 


Finalmente creo que una ballena jorobada (una diferencia entre ella y el rorcual común es la joroba que presenta la primera en su aleta dorsal, y esta me parece que la tiene pero no lo aseguro; y otra diferencia es que su cola presenta bordes irregulares, que estos sí que se ven) se acerca lo suficiente a nuestra embarcación para realmente disfrutar de su baile acuático y además de poder capturarlae con la cámara. Las ballenas jorobadas, de la familia de los rorcuales, pueden llegar a medir 15 m, con un peso de 40 toneladas, y son las que después de arquear su lomo para sumergirse casi siempre muestran la cola en forma de mariposa.

Ninguno de los rorcuales ha realizado uno de esos poderosos saltos en los que sacan medio cuerpo o casi el cuerpo entero fuera del agua, esto ya hubiera sido el summum, pero no tuvimos esa suerte. 




Muy a lo lejos, y con una visión imposible de diferenciarla a no ser que se lleven prismáticos, Chantal, la bióloga del barco, nos avisa de la aparición de una ballena azul, el mamífero más grande del mundo; nosotros nos lo creemos pero no distinguimos ni un poco del azul que le da nombre. La ballena azul puede llegar a medir 30 m y pesar 130 toneladas, la cola solamente puede llegar a 7 m y pesar 7 toneladas; su corazón es tan grande como un coche, y en su arteria podría caminar un niño de 4 años.

Lo que no recuerdo de haber sido avisados es de la aparición de las marsopas, las ballenas más pequeñas del mundo, que se parecen a los delfines.

Cuando ya creíamos que no se dejarían ver, de nuevo muy a lo lejos, aparecen las belugas, las curiosas y bonitas ballenas blancas, que al nacer, tras aproximadamente 14 meses de gestación, son de color marrón, luego cambian a azul, y finalmente, tras unos cinco años, son blancas, de un blanco reluciente, gracias al cual se distinguen en la lejanía. Son animales muy rápidos nadando y pueden llegar a medir 5 m, con un peso de una tonelada. Las belugas pertenecen a las ballenas con dientesn son animales migratorios, pero en el río Saint Laurent se quedan a vivir. La joroba la utilizan para romper el hielo. 



Las belugas son animales protegidos, por lo que las embarcaciones no pueden pasar a su lado, como mucho a 200 m, pero esta norma visto lo visto es imposible de cumplir, porque los animales nadan y se mueven como quieren (que así debe y debería ser), por lo que en cualquier momento podrían pasar junto a las embarcaciones, así que supongo que la norma se refiere a que no las persigan para disfrutar de su visión.

Alrededor de 1885 había una población de unas 5.000 belugas en el río Saint Laurent, y en 1970, había descendido hasta 500, debido principalmente a su caza, ya que los pescadores les atribuían la desaparición de salmones y bacalaos, pero no era cierto, porque una vez que estaban diezmadas las belugas los salmones y bacalaos no se recuperaron, demostrando que era por un exceso de pesca de estos animales (siempre hay un culpable inocente). Además, durante 1935 y 1945, fueron usadas como blancos de práctica por los pilotos de combate (¡alucinante e inconcebible!). En la actualidad se cifra su población en 1.200 ejemplares aproximadamente. 

¡Que bonita es! (lo poco que podíamos ver de ella)


No nos importa la fugaz y lejana visión de estos preciosos animales blancos, ha sido una preciosa experiencia. Emprendemos la vuelta hacia Tadoussac


Desde el río Saint Laurent salimos al fiordo Saguenay durante un corto trayecto que no nos supo a mucho, ya que fue un salir y dar media vuelta; dicen que su paisaje es de los más bellos de la provincia, pero no pudimos comprobarlo del modo en que nos hubiera gustado (tiempo, más tiempo). 


El fiordo Saguenay se formó durante la última glaciación, hace 100.1000 años, y es el fiordo más meridional del mundo, con una longitud aproximada de 100 km, entre Chicoutimi -junto a la localidad de Saguenay- y Tadoussac. De 1,5 km de ancho en algunos lugares, este tramo de 95 km del río está bordeado por espléndidos acantilados boscosos que se elevan a una altura de 450 m, y su profundidad llega a alcanzar los 270 m, aunque al llegar a su desembocadura, en Tadoussac, sólo tiene 20 m. 


Al río Saguenay llegan los salmones que vienen de Groenlandia cada dos años, para luego regresar al mar, y nosotros regresamos a Tadoussac


Situación de Tadoussac: