12 de diciembre de 2016

España - Cáceres - Parador de Cáceres - Plaza de Santa Clara - Casa múdejar - Casa del Mono - Plaza de los Caldereros - Palacio de la Generala - Torre del Horno - Plaza de San Juan



Dentro, fuera, dentro, fuera

Continuemos nuestro paseo por Cáceres, desde la plaza de San Mateo caminamos por la calle Ancha




En esta calle se encuentra la casa de los Paredes-Saavedra, originarios de Valladolid, que llegaron a Cáceres desde Palencia para participar en su reconquista. 




Al fondo de la calle, a la derecha está el acceso al jardín del Parador de Turismo, parador que ocupa dos palacios, el de los marqueses de Torreorgaz y la Casa de los Ovando Perero. El primero fue construido en el siglo XIV por el entonces Comendador de Alcuéscar, siendo reformado en el siglo XVI y posteriormente en el siglo XVIII. El palacio de los Ovando Perero fue construido entre los siglos XV y XVI, por la familia Paredes, pasando luego a ser propiedad de los Ovando. 


El interior del parador mantiene su aspecto medieval, predominando la piedra, así como mantiene la decoración típica que en su momento tuvieron estos alojamientos estatales, y que puede gustar o no. 





La habitación elegida fue una suite porque como fuimos a celebrar un evento familiar  y en el parador nos darían la comida, consideramos que era mejor que fuera amplia por si era necesario utilizarla como base. Dispone de un salón cómodo, y ya se abandonan las decoraciones medievales.




La habitación ya por sí sola es amplia, con una ventana que da justo a ras de calle, con lo que nos temimos trajín y ruidos por la noche, pero no ocurrió, el cerramiento es potente y la gente se portó bien. 




El baño es actual, con dos lavabos modernos, una bañera y una ducha. 




La calle Ancha desemboca en la plaza de Santa Clara, una plaza en desnivel con unas palmeras que le ofrecen una imagen “conquistadora”, donde se encuentra el Convento de Santa Clara, fundado en 1614, cuyas monjas clarisas, de la Orden de San Francisco, elaboran unos ricos dulces, y a las que hay que ofrendar huevos para tener un día de boda soleado. Y así estamos saliendo de la ciudad antigua.




Volvamos a la plaza de San Mateo, desde ella por la calle Condes se sale a la calle cuesta de Aldana, donde a la izquierda surge la curiosa casa mudéjar, construida con ladrillos en el siglo XIV, siendo un bello ejemplo del mudéjar en Cáceres y uno de los pocos testimonios que quedan del mismo. 




En la esquina de la calle cuesta de Aldana con la calle del Mono se encuentra la casa del Mono o casa de Pizarro-Espadero, una casa fuerte de estilo gótico construida en el siglo XV, que recibe su nombre por la escultura de un mono encadenado que hay en el pasamanos de la escalera de su patio interior. 


Cuenta una leyenda que sus dueños no tenían hijos, y a la vuelta de un largo viaje, el marido trajo un mono con él, al que le pusieron un dormitorio con juguetes y al que dieron todo tipo de mimos. En una de las largas ausencias del dueño, un apuesto caballero pidió cobijo en la casa para pasar la noche, y la señora amablemente se lo ofreció. Cuando regresó su esposo del viaje, su mujer le recibió con la noticia de que estaba embarazada (este dato sin más es cuanto menos morboso y con ganas de sembrar las dudas), y cuando nació el bebé, el mono se puso muy celoso al perder los mimos de los que gozaba, por lo que en un descuido, cogió al bebé y lo lanzó por la ventana, matándole. 





Salimos al Adarve de Santa Ana, junto a la muralla, que fue construida por los romanos, conservándose de esta época algunos tramos, aunque posteriormente fue restaurada por los almohades, que usaron la mampostería. La muralla romana guarda su estructura rectangular atravesada por dos grandes vías, Cardo y Decumano. Al fondo, la torre de la Hierba




Estamos junto a la plaza de los Caldereros, en cuya esquina se encuentra la casa de los Ribera, que presenta una fachada austera. La continuación del Adarve de Santa Ana es el Adarve de la Estrella, punto por el que accedimos a la ciudad antigua. Al fondo asoma la casa de los Toledo Moctezuma, construida en el siglo XV y reformada en los siglos XVI-XVII por el nieto de una princesa azteca, Isabel de Moctezuma, casada con el capitán Juan Cano Saavedra, que militó en las tropas de Hernán Cortés. 



A la plaza de los Caldereros también se asoma el palacio de la Generala, casa fuerte de los Monroy construida en el siglo XV y reformada en los posteriores, que debe su nombre a que perteneció a María Josefa de Ovando, marquesa de Camarena la Vieja, casada con el general del ejército Antonio Vicente Arce. 





En el adarve de Santa Ana también se encuentra la torre del Horno, construida en el siglo XII que debe su nombre a que junto a ella se situaban los hornos de la ciudad. 




Desde esta posición se ve parcialmente la plaza Mayor, a la derecha, la torre de la Hierba, y a la izquierda, el Ayuntamiento




Junto a la torre del Horno se abrió una nueva puerta, el Portillo de Santa Ana, por el que salimos de la ciudad amurallada. 




Salimos a la plaza de San Juan, que antaño era el punto donde ganaderos y pastores realizaban las ferias de ganado, lo que fue dando lugar a la creación de viviendas a su alrededor. En la plaza se alza la iglesia de San Juan Bautista, construida en estilo gótico en el siglo XIII, siendo reformada en los siglos XIV, XV y XVI, concluyéndose finalmente en el siglo XVIII. A mediados del siglo XX se restauró recuperando en parte su estilo original. 





En estos cinco paseos que nos hemos dado no están reflejados todas las casas, palacios, iglesias, calles y monumentos de la ciudad antigua de Cáceres, y como habéis podido comprobar falta el interior de todos aquellos que se pueden visitar, por lo que esta querida ciudad tiene mucho todavía que ofrecernos, porque no hay lugar a dudas que merece la pena pasear por ella, tanto de día como de noche, y disfrutar de su ambiente medieval, de su retroceso en el tiempo, de su alma, y de sus gentes. 

Un mapa del casco antiguo para ver la localización de aquellos lugares por los que hemos pasado y disfrutado, y por los que no lo hemos hecho pero espero que lo hagamos. 

 

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