13 de febrero de 2017

EEUU - Las Vegas - South Las Vegas Boulevart (The Strip) - MGM - Showcase Mall - M&M Store - Coca-Cola Store - Hard Rock Café - Montecarlo



En la casa del león
 
Frente al hotel-casino del New York New York surge la mole del complejo MGM, construido en 1993, donde en la esquina de The Strip con E Tropicana Avenue está la estatua dorada de Leo, el león de la Metro de 15 m de altura. 


Sobre el león-logo de la compañía MGM hay una historia, y es que no es único león el que ha aportado su imagen. El primer león utilizado nació en Dublín, en el zoológico del Phoenix Park, con el nombre de Cairbre, nombre que no resultaba comercial y fue sustituido por el de Slats, y solo duró como imagen cuatro años, hasta la llegada del sonoro y el rugido, siendo sustituido por Jackie, al que seguirían Telly, Coffee, Tanner, George y el actual, Leo. 




Decidimos entrar al complejo, y ¡maldita sea la hora!, es una locura de gente, tanto en sus pasillos intentando pasear como haciendo cola: cola para sacar entrada, cola para entrar a los espectáculos. Y además la cosa se pone algo laberíntica porque hay muchas entradas/salidas que se han cerrado, por aquello de controlar la afluencia de público para dichos espectáculos. 




Recorremos pasillos interminables llenos de tiendas y gente, gente y tiendas, porque pretendíamos acercarnos hasta la entrada del Gran Arena Garden, un anfiteatro que han visitado grandes artistas, tanto de la canción como del boxeo (aquí se celebró el mítico combate entre Mike Tyson y Evander Holyfield, y también el último combate del momento, entre Mayweather y Pacquiao, del que con posterioridad han surgido diversas polémicas). Para los cinéfilos, escenas de Rocky IV se grabaron aquí. Por un momento, planeando el viaje pensamos en comprar entradas para el show de David Copperfield, pero sinceramente pretendíamos un viaje de tranquilidad y no de correr y correr para llegar a los sitios, con lo que finalmente fue descartada esta opción. 


Para recuperar fuerzas, unas cupcakes por favor. 



Y salgamos del complejo por donde cuanto antes y por donde podamos, aunque sea por una calle desangelada, desde la que tengamos que dar una importante vuelta para volver a The Strip. 


Continuamos nuestro paseo por The Strip en dirección norte, a la izquierda, la mega tienda de Grand Canyon Experience, cuyo interior recrea el cañón, pero teniendo el original parece hasta una blasfemia entrar en la mentira, aunque pueda resultar curioso, no lo niego, pero decidimos no hacerlo por una cuestión de tiempo y su aprovechamiento. Parece que la especie de hormiga que anuncia la tienda es una adaptación de Kokopelli, dios de la fertilidad de los indios Hopi, que ha soltado su flauta y se ha calzado unas botas de montaña. 



Más adelante, una tienda de M&M’s, formando parte del Showcase Mall, un centro comercial. Un paraíso de estas pastillas de chocolate.


Al lado, la tienda de Coca-Cola, con una botella de cristal gigante decorando su fachada, en cuyo interior hay un ascensor, que no estaba operativo cuando la visitamos. Se puede encontrar todo lo imaginable e inimaginable del mundo de la chispa de la vida en su interior. 


 
En la misma acera, cruzando una pequeña calle, un clásico estadounidense, Hard Rock Café, con su emblemática guitarra publicitaria. Aparte del restaurante, esta compañía también tiene en la ciudad su hotel-casino, pero nuestra curiosidad no fue tanta como entrar, intentamos ir eligiendo los lugares, y sinceramente, creo que fueron demasiados a pesar de no ser todos ¡Que bonita es la noche con su iluminación!



Frente a la guitarra. un restaurante que no pertenece a ningún hotel ni complejo, pero cuya fachada sigue acorde al mundo de fantasía de la ciudad. 


Por detrás de la diablesa surge el Montecarlo, construido sobre el solar que dejo la demolición del Boardwalk Casino en 2006. Y es que en Las Vegas se construye a un ritmo vertiginoso, tan vertiginoso como lo es su ritmo de demolición, todo se queda obsoleto y hay que modernizarse, hay que ser cambiante para ser llamativo. No nos dice nada exteriormente este hotel-casino, y no se acerca ni por asomo al lujo del Montecarlo real. Además es complicado realizar una buena fotografía de su fachada, la tapan otros edificios, a lo que se une que están realizando obras de ampliación que entorpecen más todavía el acceso y la fotografías (a los que se unió las pocas ganas de buscar el ángulo más idóneo). 


Continuando por The Strip llegamos al hotel Mandarín Oriental, y termina el recorrido por la parte sur de esta calle.