2 de febrero de 2018

Myanmar - Historia


"La democracia es la única ideología coherente con la libertad… Por eso es la única ideología a la que aspiramos...", Bogyoke Aung San

Este año hemos vuelto a Asia, un destino que siempre nos cautiva y nos enseña, siendo el país elegido Myanmar, un destino turístico en alza. El país ocupa 676.577 km2, limitando al noroeste con China (incluyendo el Tíbet, al que los birmanos siguen considerando un país independiente); al sur con el mar de Andamán; al este con Laos y Tailandia, y al oeste con la India, Bangladesh y el golfo de Bengala. 

En la parte central de Myanmar hay grandes llanuras por las que discurren ríos  caudalosos que llegan al mar de Andamán, siendo el principal el Irrawaddy (nombre birmano), también llamado Ayeyarwady (nombre británico y que prevalece, aunque nuestro guía Myo siempre lo mencionaba con el nombre birmano), que baja de los Himalayas y que con sus más de 2.000 km nutre a los regadíos, siendo navegable en sus tres cuartas partes.

Myanmar se divide en siete divisiones o tains -en los que los birmanos son la población mayoritaria-, y siete estados o pyi -habitados por diferentes grupos étnicos-. Las divisiones son: Yangón, Bago, Ayeyarwady, Taninthayi, Magwe, Mandalay y Sagaing. Los estados son: Mon, Kayin, Shan, Rakhine, Chin, Kachin y Kayah. La población total es de más de 60 millones de habitantes, siendo la ciudad más poblada Yangón, con unos seis millones, seguida de Mandalay, con un millón. 


Fuente: wikipedia


No se tienen muchos datos acerca de la población de Myanmar en la prehistoria, aunque los rastros arqueológicos apuntan a que la zona está habitada desde el año 2500 a.C.

Los cuatro principales grupos étnicos de la era precolonial salpicaron de reinos las planicies durante siglos, mientras los grupos más pequeños vivían en las lejanas colinas sin recibir influencias exteriores. Vamos a conocerles un poco mejor.

El primer reino importante fue el de los pyu, procedentes de la meseta tibetobirmana o de India, que crearon ciudades-estado en el centro de Myanmar. El reino pyu tenía una fuerte influencia india, practicando tanto el hinduismo como el budismo. Estableció contactos comerciales con China, incluso una embajada china les visitó a principios del siglo IX. En el siglo X llegaron invasores de la provincia china de Yunnan que esclavizaron o ahuyentaron a la mayoría de la población pyu.

Los pobladores mon, con origen en la India oriental o el sudeste asiático continental, llegaron en el siglo VI, asentándose en el delta del río Irrawaddy, siendo una de sus principales ciudades Bago, aunque nunca llegaron a establecer un reino unificado, sino que se dividieron en pequeños estados, aunque mantuvieron una unidad cultural y religiosa bajo el budismo. Su lengua era similar a la jemer de Camboya y a la cham de Vietnam.

Los mon alcanzaron un gran nivel artístico, sobre todo en la escultura, en la que se notaba su influencia india. La expansión del imperio jemer por el sur en el siglo X supuso el declive de los mon.

El pueblo bamar, los birmanos, llegaron desde el este del Himalaya en el siglo VIII, estableciéndose en la parte central de Myanmar, tomando el relevo de los derrotados pyu, fundando la ciudad de Bagan en el año 849. Tuvieron conflictos durante siglos con los mon, de los que salieron vencedores los bamar, aunque finalmente se realizó una fusión de las dos culturas, adoptando los birmanos el budismo pero manteniendo su culto a los espíritus, los llamados nats. Los birmanos se apoderaron de la llanura central, y más tarde de las colinas Chin y del reino de Arakan (actual Rakhine) -los rakhine se remontan al siglo XI, cuando como piratas dominaban el golfo de Bengala-.

Desde China llegaron los shan y los kachin.

En 1044 Anawrahta ascendió al trono del pueblo bamar, comenzando un período dorado al unificar por primera vez los reinos que habitaban Myanmar y estableció ciudades fortificadas. El rey conquistó numerosas regiones y sometió a otras en régimen de vasallaje. En 1057 conquistó Thaton, ciudad del reino mon, tras meses de asedio, capturando a su rey, Manuha, que se había negado a entregarle el Tripitaka budista. Con esta conquista Anawrahta dominó el delta del Irrawaddy, excepto el área de Bago.

Anawrahta trasladó a lomos de más de treinta elefantes, no solo los textos sagrados budistas tan codiciados por él, sino también a miles de monjes, nobles y artesanos mon, que dejaron su impronta en el reino, con la construcción de templos magníficos.

Posteriormente, Anawrahta arrasó la ciudad de Pyay. También estuvo a punto de establecer una fuerte alianza militar con la isla de Ceilán, ya que su rey le pidió ayuda contra una invasión de naves cholas, del reino del sur de India. Finalmente, los bamar no entraron en el conflicto ya que los cingaleses se libraron solos, pero se realizó un intercambio religioso y cultural (siempre más productivo esto que la guerra).

En 1077 un búfalo mató a Anawrahta durante una cacería y el reino comenzó a desmoronarse. Ninguno de sus sucesores (entre ellos Kyanzittha, Alaungsithu y Htilominlo) eran tan carismáticos  como él, y el poder del imperio poco a poco fue decayendo.

Kyanzittha extendió sus dominios al sur del delta, conquistando Bago y contrayendo matrimonio con una mujer mon. Además rechazó una invasión china. Muere en 1122 y lo sucede su nieto Alaungsithu, que se tuvo que enfrentar a una rebelión en la franja costera de Arakan. Fue asesinado por su hijo Narathu en 1167.

Narathu es sucedido por su hijo Nuratheinkha durante pocos años, y en 1173 sube al trono su hermano Narapatisithu, que se enfrentó a una invasión cingalesa en represalia por el secuestro de una princesa que se encontraba de viaje por el país.

En 1254 el trono es ocupado por Narathihapate, el último descendiente de Anawrahta en ostentar el poder en Bagan. Kublai Khan invadió el territorio en 1287, como respuesta al ataque birmano de un estado vasallo de los mongoles. Los mongoles tomaron Bagan y Narathihapate huyó a Bassein (la actual Pathein), desde donde intentó firmar un acuerdo que estableciera un protectorado chino en Bagan, pero no llegó a firmarlo ya que fue envenenado por uno de sus hijos durante el viaje que emprendió para hacerlo. Fue sucedido por otro de sus hijos, Kyawswa, pero en realidad era un rey títere de los mongoles.

Aprovechando este descontrol, los shan del este se hicieron con el norte del país, fundando el reino de Inwa en 1264. Los mon, establecidos en el sur, se libraron del control bamar y estableciendo su propio reino en el siglo XIII, con capital definitiva en Bago, ascendiendo al trono en 1472 Dhammazedi, su rey más importante, que impulsó el renacimiento del budismo, entabló relaciones diplomáticas con Europa e inició la construcción de la gran Shwedagon Paya en Yangón.
Las Compañías Holandesa y Británica de las Indias Orientales se establecieron en 1267 en Syriam, Bago y Bhamo.  Mientras, el pueblo rakhine prosperaba en la zona occidental.

Los bamar sobrevivieron entre los mon y los shan enfrentándoles entre ellos, y con el tiempo gestaron el Segundo Imperio Birmano. En el siglo XVI, la dinastía Toung amplío su poder hacia el norte, hasta la capital shan de Inwa, y luego hacia el sur, absorbiendo el reino mon. El rey Tabinshwehti reunificó el país en 1535, y en 1546 fue proclamado en Bago rey de Birmania, aunque cinco años más tarde fue asesinado por sus guardias personales.

En 1550, el tercer monarca de la dinastía, Bayinnaung, accede al trono, reunificando Birmania y derrotando a los siameses, arrebatando a los tailandeses la región del norte hasta Bhamo y por el este llegó hasta Luang Prabang (Laos) y Chiang Mai (Tailandia). El rey muere en 1581, y tal como antes había pasado con la muerte de Anawrahta, el reino entra en decadencia, desmembrándose entre los asentamientos portugueses costeros, los tailandeses al este y los invasores indios por el norte.

El siglo XVII llega con una fragmentación del poder y cuando en 1605 sube al trono Anankpetlun, apenas controlaba la ciudad de Inwa, el norte y las regiones shan, aunque recuperó algunos enclaves como localidades del delta. 

La última dinastía birmana, Konbaung, se inició con el rey Alaungpaya, que se enfrentó a los mon cuando estos tomaron el poder de Inwa en 1752. Además conquistó gran parte del territorio del actual Myanmar y se enfrentó a los ingleses en la costa y a los tailandeses en la zona oriental. Durante los siguientes años fue ganando territorios del reino mon, entre ellos Dagon, a la que llamaron Yangón -que significa “fin de la lucha”-, y Bago. Tras cinco años de enfrentamientos, los mon huyeron a Siam, pero fueron perseguidos por Alaungpaya, aunque tuvo que replegarse con la llegada de las lluvias. En 1760 muere tras solo ocho años de reinado, pero ha pasado a la historia como el rey más importante de Birmania.

Le sucede su hijo Hsinbyushin, que cargó contra Tailandia, arrasando su capital en Ayuthaya, obligando a los siameses a trasladarla a lo que hoy es Bangkok. Su sucesor, otro hijo de Alaungpaya, Bodawpaya, sometió a los rakhine, pero ello condujo a tener tensiones con los británicos, por sus intereses económicos en la zona, pero estos conflictos no los pudo ganar y terminó perdiendo el territorio Siam. Un dato entre simpático y esperpéntico es que Bodawpaya vestía prendas con tanto oro para causar impresión a los británicos que necesitaba la ayuda de varios asistentes para sentarse en el trono…

Gran Bretaña tenía la mirada puesta en Indochina, así que luchó por arrebatar a los birmanos su territorio, logrando su objetivo en tres ofensivas, conocidas como las Guerras Anglobirmanas. En 1824 conquistaron Tenasserim y Rakhine; en 1853 Yangón y el sur de Birmania; y en 1885 Mandalay y el norte del país.

La primera guerra comenzó cuando las tropas birmanas del rey Bagyidaw se adentraron desde Rakhine en Assam para perseguir a los refugiados de Arakan que proclamaban la independencia, siendo entonces Assam un estado indio controlado por los británicos. En 1834 las tropas birmanas se rindieron, tras la muerte del general Maha Bandula, y se firmó el Tratado de Yandabo, mediado por el misionero Adonirma Judson, mediante el cual Rakhine y Tenassrim pasaron a manos británicas.

Más adelante, el rey Bagan Min comenzó su reinado con la ejecución de sus rivales potenciales. Un incidente en 1852, en el que se realizó un supuesto secuestro de dos capitanes de la marina británica, dio la excusa para comenzar la segunda guerra, tras la cual los británicos se apoderaron de todo el sur de Myanmar, conquistando Yangón, llegando a abarcar todo el delta sin resistencia.

A Bagan Min le sucede Mindon Min, que traslada la capital a Mandalay en 1857, que inicia la construcción de esta ciudad. En 1878 le sucede Thibaw Min, que comienza su reinado con una matanza de 79 familiares, supuestos rivales.

En 1885 los británicos toman Mandalay en quince días, ejerciendo posteriormente una fuerte represión, pasando a llamar el país Burma (Birmania en castellano). Los británicos se centraron en el control de las exportaciones de arroz, gemas, petróleo y especialmente de madera de teca. Gobernó directamente las llanuras centrales, pero permitió que los estados de las montañas (Chin, Kachin, Shan, Kayin y Kayah) gozaran de cierta autonomía. Esta división provocó que tras la independencia de Myanmar en 1948, el país viviera unos inicios inestables (no eliminados totalmente en la actualidad) por los rencores entre grupos.

Con la llegada de los británicos a Myanmar también llegó mucha población india, que no fue muy apreciada, convirtiéndose de manera indirecta en los segundos colonizadores, al abrir negocios y ocupar cargos gubernamentales de poco rango. Alrededor de 1930, casi toda la población de Yangón era india. Comienzan a cambiarse los nombres de varias ciudades, y así, Yangón pasa a llamarse Rangún, declarándose como capital.

Los británicos construyeron ferrocarriles, escuelas, cárceles. Los birmanos, lógicamente, no estaban contentos con la presencia británica y el nacionalismo comienza a forjarse a principios del siglo XX, frecuentemente liderado por monjes budistas.

En 1920, los universitarios de Yangón convocan una huelga el día de la fiesta nacional y se manifiestan contra los elitistas requisitos de acceso a las universidades creadas por los británicos. Entre ellos, los estudiantes se llamaban thakin, señor, ya que se consideraban los señores legítimos de Birmania; uno de ellos, Bogyoke Aung San, fue expulsado de la Universidad en 1936 por negarse a revelar el nombre del autor de un artículo con una fuerte carga política.

Con el paso del tiempo, los británicos se vieron obligados a ceder concesiones orientadas al autogobierno. En 1937, Myanmar queda separada de India administrativamente, e internamente se desgarraba por la lucha entre los partidos birmanos de la oposición y por los brotes de violencia antiindia y antichina.

En 1937, Japón, que ocupaba gran parte de China, pretendió aislar este país del resto del mundo cerrando sus fronteras. Chang Kai-shek, líder de los nacionalistas chinos, construyó una carretera para suministrar  a su ejército rebelde, carretera que conectaba el suroeste de China con la línea de ferrocarril que salía de Rangún y llegaba hasta Lashio.

En 1942 Japón invade Birmania, por lo que hubo que buscar nuevas vías para abastecer a las tropas chinas que luchaban contra el ejército nipón, y Estados Unidos planteó tender una nueva vía desde la ciudad india de Ledo, atravesando las ciudades birmanas de Mytkyina y Bhamo, hasta enlazar con la carretera de Chang Kai-shek. Mientras duraron las obras, se creó una ruta aérea llamada de las Jorobas, en la que los japoneses derribaron más de 600 aviones.

La nueva carretera se termina en febrero de 1945, meses antes de terminar la guerra. Durante su construcción murieron cientos de soldados aliados y obreros birmanos, tanto por las enfermedades como por el acoso japonés.

Retomemos la figura de Bogyoke Aung San, que nació en 1915, estudió en la Universidad de Rangún, se encargó de la publicación de un periódico y presidió la asociación de estudiantes. A los 26 años, junto con el grupo de los Treinta Camaradas, buscó apoyos en el extranjero para el movimiento independentista birmano, acabando negociando con Japón unos entrenamientos militares, de los que regresaron como el primer escuadrón del Ejército Nacional Birmano junto con las tropas japonesas, que acabaron siendo invasores. A mediados de 1942, los japoneses habían conseguido que las fuerzas indobritánicas y del Kuomitang chino se retiraran de casi todo Birmania, pero el comportamiento duro de los japoneses se ganó la antipatía del pueblo birmano (por su territorio pasaba el ferrocarril que diseñaron los japoneses tan famoso por la película El puente sobre el río Kwai).

Aung San y el Ejército Nacional Birmano cambiaron entonces de bando y se unieron a los Aliados, transformándose en la Liga Antifascista de la Libertad del Pueblo. Finalmente se impusieron los británicos ayudados por la fuerza especial de los Chindits, soldados de la India británica formados en la nueva táctica de guerra de guerrillas (de nuevo el cine nos enseña, ya que este tema se trata en la película Objetivo Birmania).

Con el final de la Segunda Guerra Mundial y la derrota de los japoneses, la Liga Antifascista reclamó la independencia de Birmania, pero los británicos querían concederla de forma gradual, de forma que mantendría su influencia en el territorio.

En enero de 1947 Aung San viaja a Londres como vicepresidente colonial del Consejo Ejecutivo del Gobernador y firma el Acuerdo Aung San-Attlee, que permitiría gozar de un autogobierno en el plazo de un año, con la elección de una asamblea constituyente formada únicamente por ciudadanos birmanos, y además Gran Bretaña concedería un préstamo sin intereses de ocho millones de libras al país.

Aung San se reunió con los líderes de los estados Shan, Chin y Kachin y firmó el Acuerdo de Panglong en febrero de 1947, garantizando a las minorías étnicas la libertad de elegir su destino político si pasados diez años se mostraban insatisfechas con la situación. En el acuerdo se incluyeron a los representantes ausentes de los estados Karen, Kayah, Mon y Rakhine.

En las elecciones de la Asamblea celebradas en abril de 1947 el partido de Aung San, la Liga Antifascista para la Libertad del Pueblo (AFPFL) ganó 172 escaños de los 225 totales; el Partido Comunista Birmano obtuvo siete, la oposición bamar (liderada por U Saw), tres, y los 69 escaños restantes quedaron repartidos entre la minoría étnica.

El 19 de julio de 1947, Aung San y seis de sus ayudantes fueron tiroteados en el Secretariat Building de Yangón, una conspiración atribuida a U Saw, de la que algunos especulan sobre la implicación de los militares, ya que entre los planes de Aung San estaba desmilitarizar el Gobierno. U Saw, que se veía ya como primer ministro, fue ordenado ahorcar por los británicos en 1948 por sus alianzas con Japón.

Tras la muerte de Aung San, su protegido U Nu y el primer ministro británico Attlee firmaron un acuerdo para el traspaso de poderes en octubre de 1947. El 4 de enero de 1948, por la noche, Birmania es declarada independiente y abandona la Commonwealth británica. Tal como Aung San había prometido, la presidencia del país se concedió a un representante de un grupo étnico minoritario, y Sao Shwe Thaike, líder de los shan, se convierte en el primer presidente de la nueva Unión de Birmania.

El nuevo gobierno se tuvo que enfrentar a la práctica desintegración del país, protagonizada por conflictos con rebeldes, comunistas, bandas y fuertes anticomunistas del Kuomitang chino que contaban con el respaldo estadounidense.

Los karen, que habían apoyado a los británicos contra los japoneses, estaban recelosos por la mayoría bamar y se aliaron con la oposición armada. Los musulmanes de Rakhine también se opusieron a la nueva autoridad. Los mon se sumaron a las sublevaciones. A principios de 1949 el país se encontraba casi al completo en manos de varios grupos de rebeldes, el gobierno llegó casi a rendirse a las fuerzas comunistas, pero entre 1950 y 1951 recuperó el control de gran parte del país. Además, en China el Kuomitang se rindió ante las fuerzas de Mao Zedong, y los retazos que quedaron se retiraron al norte de Birmania, donde crearon su propio feudo.

En las elecciones de 1951 y 1956, el partido de la Liga Antifascista volvió a ganar, pero la economía estaba en una grave crisis, ya que además algunos de los proyectos colosales de desarrollo lo único que hicieron fue enriquecer a los asesores extranjeros. En 1953 Birmania anunció que no se consideraría bienvenido ningún tipo de ayuda o asistencia procedente de EEUU, mientras que este país proporcionara al Kuomintang chino que campara a sus anchas por el país, con la venia de Washington de financiarse con la explotación de la heroína de los campos de amapola, origen del actual conflicto llamado Triángulo de Oro (Estados Unidos y sus alianzas, con sus tristes consecuencias, demostrando que el fin no justifica los medios como también vimos en Costa Rica). Cuando EEUU se retiró definitivamente de la lucha por la China consolidada de Mao, se desentendió del problema y los exguerrilleros comenzaron a comercializar el opio a gran escala, inundando Occidente de heroína, por mucho que luego y en la actualidad la DEA se eche las manos a la cabeza y al corazón con las drogas.

U Nu estuvo en el poder hasta 1958, año en que por voluntad propia cede durante 18 meses el poder a un gobierno militar encabezado por el general Ne Win, un antiguo compañero revolucionario de Aung San. Durante los meses de gobierno militar se lograron progresos y se recuperó cierto nivel de orden público.

A principios de 1960 se celebran nuevas elecciones y U Nu gana con mayoría, pero de nuevo surge un clima de agitación política, con la amenaza de su partido de disolverse en grupos opositores. En 1962 Ne Win vuelve a asumir el poder, disuelve el Parlamento, y anuncia que el país avanzaría hacia el socialismo por la propia vía birmana. U Nu fue enviado a prisión, donde estuvo hasta que se exilió en 1966, volviendo a Yangón en 1980, donde murió en 1995, pero ya alejado de la política.

La nueva vía birmana hacia el socialismo lleva al país a un descenso en picado. El sector arrocero entró en una profunda crisis. Las políticas de nacionalización, con indemnizaciones ridículas, se ampliaron hasta llegar a afectar a los comercios detallistas, a las tiendas pequeñas, con el anuncio de que los productos de una larga lista solo se encontrarían en las llamadas “tiendas del pueblo”. El resultado fue desastroso, muchos de los artículos solo podían conseguirse en el mercado negro, se cerraron muchos negocios y muchas personas se quedaron sin trabajo. La moneda sufría devaluaciones tremendas.

Muchos de los comerciantes de las tiendas eran indios y chinos, que según los birmanos eran vestigios del pasado colonial británico, por lo que ahora que no tenían trabajo fueron expulsados rápidamente, sin abonarles ninguna indemnización, además con la prohibición de poder llevar solo 75MMK en efectivo y 250MMK en oro. Durante la década de 1960 abandonaron Birmania más de 250.000 descendientes de chinos e indios.

En 1967 murieron en Yangón cientos de chinos durante unos disturbios contra esta comunidad ante el temor de que pretendían importar la revolución cultural china, y porque además en un país pobre y  hambriento, les culpaban de acaparar riqueza.

A finales de 1974 se produjeron graves altercados estudiantiles durante el entierro de U Thant, ex Secretario General de las Naciones Unidas y enemigo político de Ne Win. A finales de 1981, Ne Win abandona el cargo de Presidente de la República, pero mantiene el liderazgo del Partido del Programa Socialista Birmano, que era el único legalizado en el país. Pero fue él el que guió a su sucesor, el general San Yu, al gobierno.

Mientras tanto, la insurrección de los estados Kachin y Shan se fue consolidando con la creación de verdaderos ejércitos que controlaban el Triángulo de Oro en la frontera con Tailandia.

El país estaba sumido en la miseria. En 1987 y 1988 los birmanos salen a la calle a manifestarse. Ne Win abandona la presidencia del partido en julio de 1988 pero esto ya no podía frenar la agitación del pueblo. Las manifestaciones a favor de la democracia eran reprimidas brutalmente, con un saldo de más de tres mil personas muertas en seis semanas. El 8 de agosto de 1988 se organizó en Yangón, frente al Ayuntamiento, una manifestación a favor de la democracia; esta fecha fue elegida a propósito por el gobierno ya que el número ocho es considerado un número desafortunado, pero visto el resultado de la misma ¿para quién?, ¿para los organizadores? ¿para los que se realiza la manifestación? El general Saw Maung asume el poder en septiembre de 1988, tras un golpe de Estado que se cree que ideó el propio Ne Win.

En 1988 Occidente decretó el embargo sobre la venta de armamento y la mayor parte de la ayuda extranjera a Myanmar; pero algunas compañías como la británica Premier Oil, la francesa Total y la estadounidense Unocal, contribuyeron a desarrollar los yacimientos petrolíferos del litoral (sin comentarios al poder del petróleo).

Se crea el Consejo Estatal del Restablecimiento del Orden Público, que impuso la ley marcial, y que prometió elecciones democráticas para la Asamblea Nacional en mayo de 1989. La oposición no tardó en formar un partido de coalición, la Liga Nacional para la Democracia (LND), bajo el liderazgo de Aung San Suu Kyi, hija de Aung San, un héroe en la memoria y los corazones de los birmanos ya para siempre.

El Consejo Estatal intenta apaciguar a las masas enfurecidas con la construcción de nuevas carreteras, pintando algunos edificios de Yangón… pero la mayor sorpresa fue el anuncio del Gobierno de abandonar la vía del socialismo birmano en pro de una economía capitalista, excepto en unas cuantas empresas vitales para la marcha del país.

En julio de 1989 Aung San Suu Kyi es condenada a arresto domiciliario, y en este mismo año se cambia el nombre del país, hasta entonces Unión de Birmana, por Unión de Myanmar, además de cambiar el nombre de algunas ciudades, Rangún pasa a llamarse de nuevo Yangón; así se intentan borrar los vestigios coloniales británicos.

El Gobierno, confiado en que se había ocupado perfectamente de la oposición, permitió que se convocaran elecciones en mayo de 1990, las primeras a celebrar en treinta años. El Partido de la Unidad Nacional (PUN, del gobierno) perdió frente a la Liga Nacional para la Democracia (LND), que obtuvo 392 escaños de los 485. Sin embargo, el Consejo Estatal impidió que los miembros electos tomaran sus cargos al decretar que antes se debía aprobar por referéndum nacional una Constitución ratificada por los Estados. En octubre de 1990 los militares entran en oficinas de la LND y arrestan a sus líderes. Algunos observadores internacionales se preguntaron si las elecciones fueron realmente una estratagema para que la oposición saliera a la luz y así poder acabar con ella más fácilmente.

En enero de 1991 Aung San Suu Kyi es galardonada por el Parlamento Europeo con el Premio Sakharov a la libertad de conciencia, y en octubre recibió el Premio Nobel de la Paz. En junio de 1992 la Unesco le concede el Premio Simón Bolívar. En mayo de 1995 recibe el Premio Jawaharlal Nehru de la Comprensión Internacional de la India. Las autoridades birmanas terminan cerrando el país al turismo, hasta el momento solo se permitía la estancia de una semana.

Hasta el momento Myanmar había pasado de puntillas por los medios de comunicación internacionales, que poco a poco comienzan a cubrir los acontecimientos en el país, y pronto la democratización de Birmania se convirtió en una causa para activistas, organizaciones y también para famosos del cine.

En abril de 1992, el general Saw Maung, enfermo, es sustituido por el general Than Shwe. En julio de 1995 se levanta el arresto domiciliario de Aung San Suu Kyi, y durante meses se le permite dirigirse desde su casa a los simpatizantes que frente a ella se concentraban. Entre mayo y septiembre de 1996, se celebra un congreso con miembros de la LND, entre ellos por supuesto Suu Kyi, para mostrarse como fuerza política activa. La Junta Militar responde con la detención de asistentes al congreso, y la calle que conducía a la casa de Suu Kyi fue cerrada, para que no pudiera realizar declaraciones.

En 1996 el Gobierno declara el Año Turístico de Myanmar, pero es recibido con el boicot internacional. En 1998, 18 activistas extranjeros fueron detenidos en Yangón por distribuir panfletos contra el Gobierno; este mismo año, Suu Kyi intenta abandonar la capital para reunirse con simpatizantes fuera de ella, pero los militares la interceptan y la obligan a volver. En 1999, el marido de Suu Kyi muere de cáncer en Londres, poco tiempo después de que el Gobierno le negara un visado para entrar en Myanmar para despedirse de su mujer, a la que no veía desde 1996. Suu Kyi se tuvo que quedar en Myanmar, ya que si salía del país luego le denegarían la entrada. El gobierno se gana la repulsa internacional.

En 1997 EEUU prohíbe a sus empresas realizar nuevas inversiones en el país. Las fuertes presiones que ejercían los activistas y las amenazas de boicot al consumo obligaron a algunas empresas a retirarse del mercado o a actuar en contra de las directrices marcadas. En noviembre de 1999, la Organización Internacional del Trabajo de la ONU tomó una medida sin precedentes al recomendar que se aplicaran sanciones contra Myanmar por el uso de civiles en trabajos forzados y labores peligrosas (como detectores humanos de minas terrestres).

El aislamiento del país se va rompiendo con la concesión de visados turísticos de un mes de estancia.

Mientras tanto, unos 200.000 musulmanes rohyinga huyen de Myanmar y se refugian en Bangladesh por la represión que sobre ellos ejerce la Junta Militar (y en estas todavía está esta población, de triste actualidad).

En septiembre de 2000, Suu Kyi intenta salir de Yangón para reunirse con sus seguidores, pero en un control militar en la carretera es detenida y la vuelven a condenar a arresto domiciliario. Un mes después, la Junta Militar se reúne con ella en secreto, en un paso hacia la reconciliación. Un enviado de la ONU actúa como mediador en unos acuerdos en los que se logra la liberación de cientos de políticos; se rebajan los ataques de los medios de comunicación birmanos contra Suu Kyi, y la LND también rebaja su línea crítica del Gobierno.

La situación en Myanmar es caótica y penosa. En junio de 2001 las agencias de la ONU dirigen una carta conjunta para ampliar las ayudas de la comunidad internacional al ser una necesidad ética y moral, más allá del planteamiento político. Japón ofreció 28 millones de dólares en asistencia técnica para reparar una central hidroeléctrica, y con ello al tiempo pretendía que se continuara con las negociones con Suu Kyi.

En mayo de 2002 se levanta el arresto a Suu Kyi, que no tarda nada en anunciar que sus peticiones de reformas políticas se mantienen, a pesar de las negociaciones que ha mantenido con la Junta. Suu Kyi visita las oficinas de la LND en la zona de Yangón y a finales de junio de 2002 visita Mandalay.

En mayo de 2003, durante una gira por el distrito de Sagaing, al norte de Monywa, Suu Kyi y un grupo de 250 miembros de la LND fueron atacados en lo que se llamó Viernes Negro, con el resultado de más de 100 personas muertas y muchas retenidas. Suu Kyi va a la cárcel, donde se declara en huelga de hambre, tras lo que fue de nuevo condenada a arresto domiciliario, que termina el 13 de noviembre de 2010.

Tras el tercer y último arresto domiciliario de Suu Kyi, George Bush autoriza la imposición de sanciones económicas totales a Myanmar, y así los bancos extranjeros abandonan el país, pero la empresa francesa Total siguió operando en él. El problema de las sanciones es que las acaban pagando los ciudadanos, con el cierre de empresas y la pérdida de trabajos, entre otras consecuencias.

El 6 de noviembre de 2005 se anuncia el cambio de capitalidad desde Yangón a Naypyidaw, acto que se lleva a cabo el 11 del 11 a las 11 de la mañana, trasladándose 11 ministerios y 11 batallones militares en 1.100 camiones (esto sí que es creer en la numerología, y eso que el 9 es el número de la suerte). La razón oficial del traslado es su mejor situación, pero se cree que la Junta Militar temía una acción armada de EEUU, tras la que había realizado en Irak por ejemplo, y la nueva capital era menos accesible y más fácil de defender que la portuaria Yangón. Lo que también parece cierto es que EEUU no parecía tener ningún interés en invadir Myanmar.

En 2007 se produce la llamada Revolución Azafrán, con masivas protestas dirigidas por monjes budistas, que fueron brutalmente reprimidas. Los monjes se movilizaron después de que el Gobierno decidió subir las tarifas de combustible (pues sí, no por las represiones humanas). El 23 de septiembre se realiza una manifestación en Yangón alcanzando los 20.000 asistentes, entre ellos Aung San Suu Kyi. El 27 de septiembre las autoridades dieron un margen de diez minutos para que se disolvieran las manifestaciones en el centro de la ciudad, y pasado el plazo, abrió fuego, muriendo entre 9 y 15 personas, incluyendo un fotógrafo japonés que estaba cubriendo el momento.

Cesaron las protestas pero llegaron las críticas de la comunidad internacional y de las asociaciones de defensa de los Derechos Humanos, que denunciaron la detención de opositores participantes en las manifestaciones.

El 4 de mayo de 2008 el ciclón Nargis azota la costa sur del país, con el resultado de más de 28.000 muertos, más de 30.000 heridos y más de 30.000 desaparecidos, según las cifras gubernamentales, que llegan a más de 100.000 víctimas y dos millones de desplazados según las organizaciones no gubernamentales. Las autoridades birmanas no permitieron la llegada de extranjeros para la distribución de la ayuda humanitaria, al tiempo que decomisaban las cajas que llegaban como ayuda exterior, que eran entregadas a la población tras estampar en ellas las figuras de la Junta Militar. Por otra parte, buena parte de la ayuda fue vendida en el mercado negro.

En febrero de 2008 la Junta Militar anuncia que se celebrara un referéndum constitucional en mayo, y que en 2010 se convocaran elecciones generales. La nueva Constitución es apoyada por el 92,4%, y en ella se establecía que el 25% de los escaños del Parlamento quedaría en poder de los militares, y además que no se podía presentar como candidato a todo aquel que tuviera relaciones con el extranjero, en clara alusión a Suu Kyi, que era viuda de un británico y madre de hijos británicos.

Para las elecciones de 2010, la LND fue ilegalizada al no cumplir la exigencia de la Junta Militar de no incluir en sus listas a presos políticos. La Junta Militar se disuelve el 20 de marzo de 2011 y se inaugura el nuevo gobierno.

En abril de 2012 la LND anuncia que Aung San Suu Kyi se presentaría a la cámara baja del Parlamento, obteniendo 43 de los 45 escaños.

El 6 de junio de 2013 Suu Kyi declara que se quiere postular para la presidencia del país en 2015, pero la Constitución se lo prohíbe, y esta no se puede modificar sin la aprobación de al menos un legislador militar.

En las elecciones celebradas el 8 de noviembre de 2015 la LND ganó con el 86% de los votos, y necesitaban solo más del 67% para asegurarse que sus candidatos fueran elegidos presidente y vicepresidente. Tras la formación del nuevo gobierno, Suu Kyi es nombrada Consejera de Estado, Ministro de Relaciones Exteriores y Ministro de la Oficina de Presidencia.

Hay que mencionar los frentes políticos y armados a los que se enfrenta el país con diferentes etnias, ya que operan más de 30 guerrillas, provocando que grandes zonas fronterizas de Myanmar estén cerradas al turismo.

Los karen, un 7% de la población, fundaron en 1947 la Unión Nacional Karen (KNU), cuyo brazo armado es el KNLA, con unos 7.000 miembros, que desde el año 2000 es partidario de negociar el fin del conflicto si el gobierno da garantías y obtienen beneficios económicos y políticos de la explotación de gas en su territorio; además ya no reclaman la independencia, luchan por un estado federal dentro del país. Los karen controlan gran parte del Estado Kayin, en la frontera con Tailandia, y muchos de ellos viven refugiados en este país.

Los rebeldes shan, que controlan el Triángulo de Oro del opio en la zona de Myanmar que converge con Laos y Tailandia. El Ejército Unido Shan (SUA) nació con el apoyo de EEUU y se nutrió de excombatientes del ejército nacionalista chino del Kuomitang que se refugiaron en Myanmar para organizar la guerra contra Mao Zedong, y ha llegado a alcanzar con 25.000 miembros. Cuando EEUU se retiró ante la evidencia que nunca ganaría frente a Mao, los guerrilleros dejaron de destinar los beneficios de la venta de opio a la lucha contra el comunismo y se convirtieron en simples mercaderes. Khun Sa, el barón de la droga, llegó a declarar la independencia de un Estado Shan, pero en enero de 1996 pactó su rendición con el Gobierno y pasó a vivir en Yangón, protegido por los mismos soldados que durante décadas trataron de capturarlo.

Desde el 9 de junio de 2011 la ofensiva del Gobierno contra el Ejército Kachin para la Independencia ha provocado miles de muertos y desplazados y durante 2012 fue el conflicto más grave en el país.

Por último, mencionar de nuevo la terrible situación en la actualidad de los musulmanes rohingya, una población de más de un millón de personas, que para la mayoría birmana budista son inmigrantes ilegales.
El Ejército de Salvación Rohingya en Arakan atacó en 2014 instalaciones militares, y la respuesta del ejército birmano fue brutal, que además asegura que los incendios y destrucción son provocados por los propia rohingya, y que ellos solo persiguen a los terroristas, para lo cual realicen masacres y barbaridades. Se creó un guetto donde viven condiciones infrahumanas, sin poder entrar o salir sin el permiso de las autoridades, no tienen la nacionalidad birmana, e incluso les marcan los hijos que pueden o no tener (con métodos nada éticos, como usando las violaciones para evitar futuros matrimonios).

Cerca de 270.000 han huido a Bangladesh ante la escalada de violencia contra ellos, en una limpieza étnica promovida entre otros por el monje budista Ashin Wirathu y su movimiento 969.

Con la llegada en 2015 de Aun Sang Su Kyi, los rohingya creyeron que su situación mejoraría, pero no ha ocurrido, se ha mantenido al margen del conflicto.  A día de hoy, 2017-2018, el conflicto está muy latente, con la población rohingya intentando cruzar a Bangladesh en condiciones pésimas, ya que el Ejército les acosa, persigue y mata (el Gobierno calla), y las organizaciones internacionales intentan asistirlos tanto en sus derechos como en sus necesidades, pero no se ve una solución ni a corto ni medio plazo.